El Parlamento portugués rechaza la moción de confianza del primer ministro Luís Montenegro, abriendo la puerta a elecciones anticipadas.
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La reciente crisis política en Portugal ha tomado un giro inesperado tras el rechazo de la moción de confianza presentada por el primer ministro de centroderecha, Luís Montenegro. Este acontecimiento, que tuvo lugar en la noche del martes, ha dejado al país en una situación delicada, con la posibilidad de elecciones anticipadas en el horizonte.
La votación, que se llevó a cabo en el Parlamento, resultó en un contundente 142 votos en contra y 88 a favor, lo que ha llevado a la caída del gobierno que solo había estado en el poder durante once meses.
Las razones detrás de la moción de confianza
La moción de confianza fue presentada por Montenegro en medio de una crisis provocada por su vinculación con una empresa llamada Spinumviva, que había sido fundada por él antes de su regreso a la política. La empresa, que estaba bajo el control de su esposa e hijos, generó controversia cuando se reveló que había recibido pagos de compañías en las que Montenegro había trabajado anteriormente, lo que suscitó sospechas de un posible conflicto de intereses. Esta situación llevó a la Fiscalía a investigar al primer ministro tras recibir una denuncia anónima.
Reacciones en el Parlamento
Durante la sesión parlamentaria, el secretario general del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, instó a Montenegro a retirar la moción y a aceptar la creación de una comisión parlamentaria de investigación. Sin embargo, la propuesta de discutir a puerta cerrada fue rechazada por Nuno Santos, quien abogó por la transparencia en el proceso. La falta de acuerdo sobre la duración de la comisión investigadora también fue un punto de conflicto, ya que Montenegro proponía reducir el tiempo de investigación a solo 15 días, en lugar de los 90 días que se consideran necesarios.
El futuro político de Portugal
Con la caída del gobierno de Montenegro, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa se ha visto obligado a convocar al Consejo de Estado para discutir los próximos pasos a seguir. Se espera que inicie una ronda de consultas para determinar la viabilidad de celebrar elecciones anticipadas, con fechas tentativas ya mencionadas para el 11 y 18 de mayo. Esta situación plantea un futuro incierto para el país, que ha visto tres elecciones en los últimos tres años, reflejando una inestabilidad política que podría tener repercusiones significativas en la gobernanza y en la economía portuguesa.
