Las tensiones sectarias y la represión marcan un nuevo capítulo en el conflicto sirio.

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La escalada de la violencia en Siria
La situación en Siria ha alcanzado un nuevo nivel de tensión, con un aumento alarmante de la violencia en Damasco y sus alrededores. Desde que las tropas de HTS (Organización para la Liberación del Levante) tomaron el control de la capital, la promesa de paz se ha desvanecido rápidamente.
En los últimos días, más de 1.300 personas han perdido la vida, la mayoría de ellas civiles, en enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y grupos insurgentes. Esta escalada de violencia ha llevado a la comunidad internacional a expresar su preocupación por el futuro del país.
Protestas y represión en Damasco
Las protestas pacíficas organizadas por activistas de la sociedad civil han sido reprimidas brutalmente por las fuerzas de seguridad. A pesar de los llamamientos a la calma, las manifestaciones han sido interrumpidas por contramanifestaciones que exigen un “Estado suní”. Este clima de represión ha generado un ambiente de miedo y desconfianza entre la población, que teme por su seguridad y la posibilidad de una nueva guerra civil.
Impacto en la población civil
La violencia no solo ha cobrado vidas, sino que también ha desplazado a miles de personas que buscan refugio en áreas más seguras. Los informes indican que muchos residentes de localidades como Jableh y Baniyas han huido hacia las montañas, mientras que otros intentan cruzar la frontera hacia Líbano. La situación humanitaria es crítica, con un acceso limitado a ayuda y recursos básicos. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para abordar esta crisis y proteger a los civiles atrapados en el conflicto.