Un viaje a través del tiempo con el reloj astronómico de Albert Billeter en Barcelona.
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Un legado del siglo XIX
El reloj astronómico que se encuentra en la Acadèmia de Ciències de Barcelona es una obra maestra de la relojería del siglo XIX, creada por el renombrado relojero Albert Billeter. Este reloj, que data de mediados de 1800, no solo es un instrumento para medir el tiempo, sino también un testimonio del ingenio y la habilidad técnica de su creador.
Billeter, conocido por su destreza, tenía su taller en Gràcia, donde elaboró varios relojes que se convirtieron en íconos de la época.
Un encargo fallido
El reloj fue originalmente encargado por el Senado español en 1858, pero debido a la inestabilidad política y la caída de la reina Isabel II tras la revolución de 1868, el nuevo Senado decidió no aceptar el reloj.
A pesar de su espectacularidad y la avanzada maquinaria que lo caracteriza, Billeter no recibió el pago por su trabajo y se vio obligado a conservar el reloj, acumulando deudas en el proceso. Esta situación llevó a que el reloj pasara a manos del ebanista Agustín Moragas, quien había colaborado con Billeter en la creación de otros relojes.
Un viaje a la Acadèmia de Ciències
Después de varios intentos fallidos de venta, el reloj fue cedido en depósito a la Acadèmia de Ciències tras la Exposición Universal de 1888. Finalmente, en 1926, la academia adquirió el reloj, donde permanece hasta hoy, siendo una de las atracciones más admiradas por los visitantes. La estructura del reloj, con su gran vidrio protector, permite observar su intrincada maquinaria y las múltiples esferas que indican no solo la hora local, sino también la de otras ciudades del mundo.
Características únicas del reloj
Una de las características más impresionantes del reloj astronómico son sus dos esferas principales, que están enmarcadas por los signos del Zodíaco. La esfera superior muestra la posición de la Tierra y la Luna en relación al Sol, mientras que la inferior detalla la ubicación de los planetas del Sistema Solar conocidos en la época de su fabricación. Esta complejidad y belleza hacen del reloj una maravilla que atrae tanto a entusiastas de la ciencia como a amantes de la historia.