El sector exportador de aceite de oliva en España se enfrenta a nuevos desafíos comerciales.
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El contexto actual del aceite de oliva en España
El aceite de oliva es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española y un pilar fundamental de la economía agroalimentaria del país. En 2023, las exportaciones de aceite de oliva alcanzaron casi 100.000 toneladas, generando ingresos por valor de 640 millones de euros, lo que representa un aumento del 32% en comparación con 2021.
Sin embargo, este crecimiento se ve amenazado por la posibilidad de que el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, imponga nuevos aranceles a las importaciones de este producto.
Las consecuencias de los aranceles
La historia reciente nos muestra que la imposición de aranceles puede tener efectos devastadores.
En 2019, Trump ya había impuesto tarifas que llevaron a España a perder el 80% de su cuota de mercado en Estados Unidos. Aunque estos aranceles fueron suspendidos en 2021, la incertidumbre persiste. Rafael Pico, director de la asociación de exportadores de aceite de oliva (Asoliva), ha expresado su preocupación, señalando que una nueva guerra comercial no beneficiaría a ninguna de las partes involucradas.
La respuesta del sector y las alternativas
Ante esta situación, las empresas españolas están en alerta y preparadas para diferentes escenarios. Una de las posibilidades es que no se impongan aranceles, pero también se contempla una tasa del 25% que afectaría a todas las importaciones de aceite de oliva, independientemente de su origen. Esto podría traducirse en un aumento de precios para el consumidor estadounidense, lo que a su vez podría afectar la demanda. Además, si se decide imponer aranceles solo al aceite de oliva de la UE, países como Italia y España serían los más perjudicados, mientras que competidores como Túnez y Marruecos podrían beneficiarse.
El futuro del aceite de oliva en el mercado estadounidense
El mercado estadounidense representa el 50% del consumo internacional de aceite de oliva fuera de la UE, y los consumidores allí están cada vez más interesados en productos saludables. La pérdida de este mercado sería un golpe significativo para el sector español, que ha visto un aumento en la importación de aceite de oliva en los últimos años. Sin embargo, la posibilidad de colocar el volumen vendido a EE.UU. en otros mercados es complicada, ya que los nuevos consumidores son muy sensibles al precio. La caída del 50% de las importaciones de aceite de oliva en China es un claro ejemplo de esta tendencia.