El Gobierno mexicano solicita a Google que rectifique el nombre en sus mapas tras la decisión de Trump.
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La controversia del Golfo de México
El Gobierno de México ha tomado una postura firme en relación con la reciente decisión de Google de renombrar el ‘Golfo de México’ como ‘Golfo de América’ en sus mapas para Estados Unidos.
Esta acción, que se atribuye a una orden del expresidente Donald Trump, ha generado un amplio debate sobre la correcta denominación de esta importante zona marítima. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México ha enviado una carta al director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, solicitando la rectificación del nombre, argumentando que la denominación ‘Golfo de México’ es una referencia histórica y legalmente aceptada.
Argumentos del Gobierno mexicano
En la misiva, el Gobierno mexicano enfatiza que la denominación ‘Golfo de México’ no es simplemente una imposición gubernamental, sino que está respaldada por la costumbre internacional y registrada en los índices de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI). La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien ha presentado esta carta en su conferencia matutina, ha subrayado que el decreto firmado por Trump solo tiene validez dentro de las 12 millas náuticas de soberanía de Estados Unidos, y no puede aplicarse a la masa internacional de agua que comparten México, Cuba y Estados Unidos.
Implicaciones del cambio de nombre
La controversia no solo afecta la nomenclatura geográfica, sino que también plantea cuestiones sobre la soberanía y el derecho internacional. Sheinbaum ha señalado que el Golfo de México es un cuerpo de agua que trasciende las fronteras nacionales, y que cualquier cambio en su denominación debe considerar la historia y la legalidad que lo respaldan. Además, ha recordado que en mapas del siglo XVII ya se hacía referencia al ‘Golfo de México’, lo que refuerza la idea de que este nombre tiene profundas raíces históricas.
La respuesta de Google y el futuro del nombre
Google, por su parte, ha justificado su decisión afirmando que el cambio responde al nombre oficial utilizado en Estados Unidos. Sin embargo, el Gobierno mexicano ha manifestado su desacuerdo, argumentando que la historia y la geografía no pueden ser alteradas por decisiones políticas. La situación ha llevado a un llamado a la reflexión sobre cómo las plataformas tecnológicas manejan la información geográfica y la importancia de respetar las denominaciones históricas y culturales de los países. La respuesta de Google a esta solicitud podría sentar un precedente en la forma en que se manejan los nombres geográficos en el futuro.