Los controles de alcoholemia son esenciales para reducir accidentes y garantizar la seguridad en las carreteras.
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La frecuencia de los controles de alcoholemia
En España, la seguridad vial es una prioridad, y los controles de alcoholemia son una herramienta clave para garantizarla. Cada año, se realizan millones de pruebas en las carreteras, con el objetivo de reducir el número de accidentes relacionados con el consumo de alcohol.
En 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) llevó a cabo más de 6,1 millones de pruebas, a las que se suman las realizadas por otras entidades como el Servei Català de Trànsit y Trafikoa en el País Vasco.
Cómo funcionan los controles de alcoholemia
La imagen típica de un control de alcoholemia suele estar asociada al clásico soplo en el alcoholímetro, un dispositivo que mide la cantidad de alcohol en el aire espirado. Los límites legales varían según el tipo de conductor: para los habituales, el límite es de 0,25 milígramos de alcohol por litro de aire, mientras que para los noveles y profesionales, se reduce a 0,15 mg. Sin embargo, existen situaciones en las que un conductor no puede realizar la prueba convencional, como en casos de salud comprometida. En estos casos, se utiliza el alcoholímetro de aproximación, que permite estimar el nivel de alcohol sin contacto directo.
Nuevas normativas y su impacto en la seguridad vial
De cara a 2025, la DGT se prepara para endurecer las normativas sobre la conducción bajo los efectos del alcohol. Aunque la tasa permitida actualmente se mantiene, se ha propuesto reducirla a 0,2 g/l en sangre para todos los conductores. Esta medida, que aún debe completar su proceso legislativo, busca reforzar la seguridad en las carreteras y disminuir el número de accidentes. La implementación de estas nuevas normativas será un paso importante hacia una conducción más segura y responsable.