La ciudad de Goma enfrenta una nueva ola de violencia y desplazamientos masivos.
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El contexto del conflicto en Goma
La situación en Goma, una ciudad estratégica en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), se ha vuelto crítica tras el avance del grupo rebelde M23. Este grupo, que cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas de Ruanda, ha tomado el control total de la ciudad, lo que ha generado una crisis humanitaria alarmante.
La ONU ha informado que entre 3.000 y 4.000 soldados ruandeses han cruzado la frontera, intensificando el conflicto y poniendo en riesgo a la población civil.
Impacto en la población civil
Los residentes de Goma enfrentan una situación desesperada.
La falta de electricidad y agua corriente, junto con el temor constante de los combates, ha llevado a miles de personas a huir de sus hogares. Un religioso local ha descrito el ambiente de angustia, señalando que el hambre se cierne sobre la población. La violencia ha desplazado a más de 400.000 personas en las últimas semanas, sumándose a los más de cuatro millones de desplazados que ya existían en el este del país. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el bienestar de los civiles atrapados en este conflicto.
Reacciones internacionales y regionales
La comunidad internacional ha reaccionado ante el avance del M23. Países como EE.UU., Francia y el Reino Unido han condenado el apoyo de Ruanda al grupo rebelde, mientras que Kenia ha instado a un alto al fuego y a un diálogo urgente entre los presidentes de Congo y Ruanda. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, con enfrentamientos que continúan en las calles de Goma. La ONU ha advertido sobre los efectos devastadores que este conflicto podría tener en la región, temiendo una guerra más amplia que podría desestabilizar aún más el área.
La historia se repite
Goma no es ajena a la violencia. En noviembre de 2012, el M23 ya había tomado la ciudad, aunque se retiró poco después. Sin embargo, desde 2021, el grupo ha recuperado fuerza y ha tomado el control de varias zonas mineras en el noreste congolés. La historia de Goma es un recordatorio de la fragilidad de la paz en esta región rica en recursos, pero marcada por el conflicto y la inestabilidad. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para evitar que la situación empeore y para proteger a los más vulnerables en este conflicto.