Las universidades buscan espacios que promuevan valores democráticos y éticos.
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En un movimiento significativo, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha decidido dejar de publicar en la red social X, anteriormente conocida como Twitter. Esta decisión se fundamenta en la percepción de que la plataforma promueve actitudes que son contrarias a los valores democráticos y carece de una gestión ética adecuada.
La CRUE, que agrupa a 77 universidades, 50 de ellas públicas y 27 privadas, ha expresado su preocupación por el ambiente que se ha generado en esta red social desde que Elon Musk asumió su control.
Motivos detrás de la decisión
La Universitat de Barcelona fue la primera en abandonar X el pasado noviembre, argumentando que la plataforma era incompatible con su compromiso de evitar “mensajes de odio y desinformación”. Desde entonces, otras instituciones han seguido su ejemplo, buscando alternativas que no alimenten discursos antidemocráticos ni discriminen a las minorías. Recientemente, alrededor de 60 universidades e instituciones de investigación alemanas también anunciaron su salida de X, citando razones similares.
El impacto de la gestión de Elon Musk
Desde que Elon Musk adquirió la red social, ha implementado cambios que han suscitado controversia. Su enfoque en la “libertad de expresión” ha llevado a la eliminación de políticas de moderación que antes protegían a los usuarios de la desinformación y el discurso de odio. Esto ha resultado en un aumento de comentarios homófobos y racistas, así como en la reactivación de cuentas que habían sido suspendidas por violar las normas de la plataforma, incluyendo la del ex presidente Donald Trump.
Alternativas y el futuro de la comunicación educativa
Ante este panorama, muchas universidades están explorando otras plataformas sociales que se alineen mejor con sus valores. Instituciones como el Instituto Ramon Llull han comenzado a buscar espacios alternativos. La CRUE ha manifestado su intención de ampliar su presencia en redes sociales que promuevan un entorno más seguro y respetuoso, donde se priorice la veracidad y calidad de la información. Este éxodo de universidades no solo refleja una preocupación por la ética en la comunicación, sino también un compromiso con la educación y la promoción de valores democráticos.