Aprende a conducir de manera segura en invierno y evita accidentes
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La importancia de la seguridad al volante en invierno
Conducir en invierno presenta desafíos únicos, especialmente cuando las carreteras están cubiertas de hielo o nieve. Las condiciones climáticas frías pueden crear una peligrosa capa de hielo en la calzada, lo que reduce la adherencia de los neumáticos y aumenta el riesgo de derrapes.
Por lo tanto, es fundamental que los conductores adopten medidas de precaución para garantizar su seguridad y la de los demás en la carretera.
Identificación de riesgos en la carretera
Las primeras horas de la mañana y el anochecer son momentos críticos, ya que las temperaturas tienden a bajar, favoreciendo la formación de placas de hielo.
Estas son más comunes en áreas sombrías, puentes y tramos de carretera menos transitados. La falta de visibilidad y el asfalto frío pueden hacer que la conducción sea especialmente peligrosa. Por ello, es esencial estar alerta y reconocer las señales de advertencia que indican condiciones resbaladizas.
Recomendaciones de la DGT para conducir en hielo
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha emitido recomendaciones clave para manejar en condiciones de hielo. Primero, es crucial mantener la calma y evitar movimientos bruscos. Soltar suavemente el acelerador y no frenar de golpe son pasos importantes para mantener el control del vehículo. En caso de sobreviraje, se debe girar el volante en dirección opuesta al derrape para corregir la trayectoria.
Además, al conducir en pendientes, se recomienda usar marchas más altas para evitar que las ruedas patinen. En descensos, es mejor utilizar marchas cortas y frenar suavemente solo cuando sea necesario. Los vehículos automáticos a menudo tienen un modo de hielo que ayuda a minimizar la pérdida de tracción, lo que puede ser muy útil en estas condiciones.
Aumentar la distancia de seguridad
Otro aspecto crucial es aumentar la distancia de seguridad con el vehículo de adelante. En condiciones normales, la distancia de detención a 90 km/h es de 57 metros, pero en carreteras mojadas puede aumentar a 89 metros. En el caso de hielo, esta distancia puede multiplicarse por diez, lo que resalta la importancia de mantener un espacio amplio para reaccionar ante cualquier imprevisto.
Conducir en invierno requiere atención y preparación. Siguiendo estas recomendaciones, los conductores pueden reducir significativamente el riesgo de accidentes y disfrutar de un viaje más seguro durante los meses fríos.
