Marineland Antibes cierra sus puertas y busca soluciones para sus animales, especialmente orcas.
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El cierre de Marineland Antibes
Marineland Antibes, el parque marino más grande de Europa, ha cerrado sus puertas después de más de 50 años de funcionamiento. Este cierre se produce en un contexto de cambios legislativos y una disminución significativa en el número de visitantes.
Desde su apertura en 1970, el parque se había convertido en un destino turístico popular en la Costa Azul, pero la nueva ley de 2021 que prohíbe los espectáculos con cetáceos a partir de 2026 ha llevado a la dirección del parque a tomar esta difícil decisión.
El futuro de las orcas
Uno de los aspectos más preocupantes del cierre es el destino de los 4.000 animales que habitaban el parque, en particular, las dos orcas, Wikie y su hijo Keijo. La ministra de Transición Ecológica, Agnés Pannier-Runacher, ha declarado que el público ha cambiado su percepción sobre los espectáculos con animales, lo que ha contribuido a la disminución de la asistencia al parque. Con solo 425.000 visitantes anuales en comparación con 1,2 millones hace una década, la situación se ha vuelto insostenible.
Opciones para la reubicación
Las opciones para reubicar a las orcas son limitadas. Aunque se consideró la posibilidad de liberarlas en el océano, los expertos han descartado esta opción debido a su incapacidad para sobrevivir en el medio natural. Inicialmente, se pensó en enviar a las orcas a un parque en Japón, pero el ministerio se opuso, citando el estado frágil de los cetáceos y el riesgo que implicaría un traslado tan largo. Actualmente, se está evaluando la posibilidad de un parque marino en Tenerife, aunque esta opción aún está en discusión.
La voz de la protección animal
La asociación de protección animal One Voice ha propuesto la creación de un santuario natural en Nueva Escocia, Canadá, aunque este aún no está operativo. La ministra Pannier-Runacher ha enfatizado que es responsabilidad de Marineland presentar propuestas concretas para el futuro de las orcas. Sin embargo, ha admitido que, en la actualidad, no existe en el mundo un santuario capaz de albergar a estos dos cetáceos.
