La Policía finlandesa impone restricciones a la tripulación mientras avanza la investigación.
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Contexto del incidente en el mar Báltico
La reciente prohibición de viajar impuesta a siete miembros de la tripulación del petrolero Eagle S ha generado gran interés y preocupación en Finlandia y en la comunidad internacional. Este barco, registrado en las Islas Cook y operado por una empresa de Dubái, se encuentra bajo investigación tras ser sospechoso de haber causado daños a cinco cables submarinos en el mar Báltico.
La Oficina Nacional de Investigación de Finlandia (KRP) ha tomado medidas para asegurar que los implicados permanezcan disponibles durante el desarrollo de la investigación.
Detalles sobre la prohibición de viajar
Elina Katajamäki, inspectora de la KRP, explicó que la prohibición de viajar es una medida menos severa que el arresto y se utiliza para garantizar que la investigación no se vea comprometida.
A medida que avanza la indagación, es posible que el número de tripulantes sujetos a esta restricción cambie, lo que indica la naturaleza dinámica de la investigación. La Policía ha reanudado las investigaciones subacuáticas en el área afectada, donde se han encontrado marcas de arrastre que sugieren un posible sabotaje.
Investigaciones y hallazgos iniciales
Los investigadores han descubierto una marca de arrastre de un ancla que se extiende por «decenas de kilómetros» en el lecho marino, lo que refuerza la hipótesis de que el daño a los cables submarinos fue intencionado. Además, se están llevando a cabo interrogatorios a la veintena de tripulantes del Eagle S, que permanece confiscado en el puerto de Porvoo, bajo la vigilancia de la Guardia Costera. Este barco transportaba 35.000 toneladas de combustible, que también ha sido retenido por el Servicio de Aduanas debido a sospechas de que pertenece a la «flota rusa en la sombra».
Implicaciones geopolíticas del incidente
Este caso se suma a otros incidentes de posible sabotaje a infraestructuras finlandesas desde la adhesión del país a la OTAN, lo que ha llevado a especulaciones sobre ataques híbridos instigados por Rusia. Las autoridades temen que, de no haber sido detenido, el Eagle S podría haber causado más daños a otros cables eléctricos y gasoductos que conectan Finlandia y Estonia. La situación actual resalta la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas en un contexto geopolítico tenso.