La muerte de un mantero senegalés reabre el debate sobre la criminalización de la pobreza.
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Un trágico suceso que conmociona a Andalucía
La reciente muerte de un mantero senegalés de 43 años en Sevilla ha generado una ola de indignación y protestas en la comunidad andaluza. Este hombre, que intentaba ganarse la vida dignamente como vendedor ambulante, se arrojó al río Guadalquivir al percatarse de la presencia policial en un operativo contra la venta ambulante.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ha exigido el fin de las redadas y la persecución de este colectivo, argumentando que la criminalización de la pobreza está cobrando vidas humanas.
La voz de los defensores de derechos humanos
En un comunicado oficial, la asociación ha lamentado que la muerte de este mantero se deba a su intento de sobrevivir en un entorno hostil.
Han pedido una investigación independiente que aclare todas las circunstancias que rodean este trágico evento. Para ellos, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, es el responsable político último de la muerte de Mahmoud, ya que su administración ha implementado medidas que afectan directamente a los colectivos más vulnerables.
La realidad de la venta ambulante en España
La venta ambulante es una práctica común entre muchas personas, especialmente aquellas de origen extranjero que enfrentan barreras para acceder a empleos formales. La Ley de Extranjería ha limitado las oportunidades laborales para muchos, obligándolos a recurrir a esta actividad para sobrevivir. La asociación ha denunciado que la persecución de estos vendedores no solo es un ataque a sus derechos, sino también una falta de empatía hacia las circunstancias que los llevan a esta situación. En 2018, un caso similar en Madrid, donde un vendedor ambulante de origen africano murió tras una persecución policial, subraya la urgencia de abordar este problema de manera humana y comprensiva.
