Las nuevas medidas buscan frenar el aumento de divorcios en el país asiático.
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El contexto del divorcio en Corea del Norte
En Corea del Norte, el divorcio ha sido históricamente un tema tabú, pero en los últimos años ha comenzado a aumentar de manera alarmante. Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, las condiciones económicas han empeorado drásticamente, lo que ha llevado a muchas parejas a enfrentar dificultades insuperables.
La crisis económica ha puesto a prueba la estabilidad de los matrimonios, resultando en un incremento notable de las solicitudes de divorcio. Ante esta situación, el régimen de Kim Jong-un ha decidido tomar medidas drásticas para frenar esta tendencia.
Las nuevas sanciones impuestas por el régimen
Recientemente, Kim Jong-un ha ordenado que tanto hombres como mujeres que soliciten el divorcio enfrenten penas de trabajo forzado de hasta seis meses. Esta medida se justifica bajo la premisa de que el divorcio es un acto «antisocialista» que debe ser castigado. Anteriormente, solo el cónyuge que solicitaba el divorcio era penalizado, pero ahora ambos miembros de la pareja se verán afectados, independientemente de las circunstancias que llevaron a la separación.
Impacto en la sociedad norcoreana
La decisión de Kim Jong-un de castigar a los divorciados refleja un intento del régimen de controlar la vida privada de sus ciudadanos y mantener una imagen de unidad familiar. Sin embargo, estas medidas pueden tener consecuencias negativas, ya que muchas personas que sufren abusos en sus matrimonios se verán obligadas a permanecer en relaciones tóxicas por miedo a las represalias del gobierno. Además, la campaña de educación lanzada por el estado para desalentar el divorcio, especialmente entre las mujeres, podría resultar en un aumento de la violencia doméstica y el sufrimiento emocional.
El futuro del matrimonio en Corea del Norte
A medida que el régimen continúa implementando estas políticas, el futuro de las relaciones matrimoniales en Corea del Norte se torna incierto. La presión social y las sanciones gubernamentales podrían llevar a un aumento en el número de matrimonios infelices y a una mayor represión de los derechos individuales. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas medidas afectan la vida de millones de norcoreanos, quienes ya enfrentan numerosas dificultades en su día a día.