El siniestro aéreo de Azerbaijan Airlines genera acusaciones entre EE. UU. y Rusia.
Un trágico accidente aéreo
El reciente accidente aéreo de Azerbaijan Airlines (AZAL) ha dejado un saldo trágico de 38 personas fallecidas y ha desatado una serie de reacciones a nivel internacional. El vuelo, que partió de Bakú, Azerbaiyán, con destino a Grozni, Rusia, se estrelló en Kazajistán, generando un clima de incertidumbre y acusaciones sobre la responsabilidad del siniestro.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado que no ha tenido comunicación directa con su homólogo ruso, Vladímir Putin, respecto a este incidente, aunque las implicaciones son claras.
Responsabilidad y disculpas
En medio de la controversia, Putin ha expresado sus condolencias al presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, calificando el evento como un «trágico incidente».
Sin embargo, no ha admitido ninguna culpabilidad en el asunto. Biden, al ser cuestionado sobre si Putin debería asumir la responsabilidad, se limitó a señalar que no ha hablado con él, dejando entrever la complejidad de las relaciones diplomáticas en este contexto. Este silencio podría interpretarse como una estrategia para evitar una escalada de tensiones entre ambas naciones.
Indicios de culpabilidad rusa
Los informes más recientes sugieren que el accidente podría estar vinculado al sistema de defensa aérea de Rusia. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha indicado que existen «indicios preliminares» que apuntan a que el avión pudo haber sido «derribado» por fuerzas rusas. Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha afirmado que «las pruebas visuales claras en el punto del impacto apuntan a la responsabilidad rusa de la tragedia». Estas declaraciones han intensificado las tensiones entre Estados Unidos, Ucrania y Rusia, complicando aún más la situación geopolítica en la región.
