Las recientes medidas fiscales del Gobierno generan preocupación entre los ciudadanos.
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Un nuevo golpe a la economía familiar
El reciente anuncio del Gobierno español sobre un nuevo aumento de impuestos ha generado un gran revuelo en la opinión pública. La portavoz del Partido Popular en el Senado, Alicia García, ha criticado duramente esta medida, calificándola de «nuevo hachazo fiscal» que afectará a las familias españolas.
Desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, se han acumulado un total de 93 subidas de impuestos, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la política fiscal del actual Ejecutivo.
Subidas de impuestos que afectan a lo esencial
Entre las medidas más controvertidas se encuentra el aumento del IVA en alimentos de primera necesidad. Este impuesto, que fue reducido al 2% para mitigar los efectos de la inflación, volverá a incrementarse al 4% en 2025. Esta decisión ha sido objeto de críticas, ya que muchos consideran que gravar productos básicos como el pan, la leche y los huevos es un golpe directo al bolsillo de las familias más vulnerables.
Consecuencias de la política fiscal actual
La política fiscal del Gobierno no solo afecta a los alimentos, sino que también se extiende a otros sectores. Por ejemplo, se prevé que la electricidad regrese a un IVA del 21% en 2025, tras haber sido reducido en años anteriores debido a la crisis energética. Además, las deducciones en el IRPF por reformas en viviendas que mejoran la eficiencia energética desaparecerán, lo que podría desincentivar a los ciudadanos a realizar mejoras en sus hogares.
La crítica de García se hace eco de un artículo publicado en La Razón, que señala que estas subidas de impuestos costarán aproximadamente 371 euros a cada hogar español. En este contexto, el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ironizó sobre la situación, sugiriendo que las medidas fiscales del Gobierno son una broma de mal gusto, especialmente en el Día de los Inocentes.
La respuesta del Gobierno ante la crisis
El Gobierno ha defendido sus decisiones como necesarias para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de la Guerra de Ucrania y la crisis energética. Sin embargo, muchos ciudadanos sienten que estas medidas son desproporcionadas y que no se están considerando adecuadamente las necesidades de las familias. La incertidumbre económica y el aumento del costo de vida han llevado a un creciente descontento social, lo que podría tener repercusiones en el futuro político del país.
