La calle Mandri se convierte en el epicentro de un botellón navideño que genera tensiones.
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El auge del botellón en Barcelona
En los últimos años, la calle Mandri de Barcelona se ha transformado en un punto de encuentro para miles de jóvenes que celebran la Navidad con un botellón masivo. Este fenómeno, que comenzó de manera casi espontánea en 2021, ha crecido hasta atraer a aproximadamente 1.500 personas, según la Guardia Urbana.
La mezcla de alegría y controversia ha hecho que este evento se convierta en una tradición, aunque no sin generar tensiones entre los vecinos y los comerciantes de la zona.
Reacciones de la comunidad y la policía
La presencia de la Guardia Urbana es habitual durante estos encuentros, donde se cortan las calles para facilitar la movilidad y evitar incidentes.
En años anteriores, la policía tuvo que desalojar a un millar de jóvenes sin que se registraran incidentes graves. Sin embargo, las quejas de los vecinos han llevado al Ayuntamiento a buscar soluciones. Recientemente, se han establecido acuerdos con los bares de la zona para mitigar las molestias, como la obligación de recoger las terrazas a las horas y controlar el acceso de bebidas al exterior.
Desafíos para los restauradores
A pesar de los esfuerzos por parte de los comerciantes, muchos expresan su frustración. Los restauradores han señalado que, aunque están dispuestos a colaborar, necesitan claridad sobre cómo manejar la situación del botellón, que no organizan ellos. En el pasado, enfrentaron sanciones por servir en vasos de plástico y por el ruido generado, lo que ha llevado a un clima de incertidumbre. La falta de comunicación con el consistorio ha dejado a muchos en una posición difícil, especialmente en un día tan significativo como el 25 de diciembre.