La literatura como herramienta esencial para el desarrollo crítico y emocional de los estudiantes.
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La literatura como espejo de la sociedad
Desde tiempos inmemoriales, la literatura ha sido un reflejo de la condición humana, un medio a través del cual se han transmitido valores, emociones y conocimientos. Cicerón, en su defensa del poeta Arquías, ya enfatizaba la relevancia de las humanidades en la vida de las personas.
Hoy, más de dos mil años después, este mensaje sigue resonando con fuerza. La literatura no solo educa, sino que también deleita y consuela, convirtiéndose en un refugio en momentos de adversidad.
El riesgo de relegar la literatura en la educación
Recientemente, se ha planteado la posibilidad de reducir la enseñanza de la literatura a asignaturas optativas en el bachillerato, un intento que, afortunadamente, ha sido detenido. Esta propuesta no solo empobrecería la formación académica de los jóvenes, sino que también les privaría de una herramienta esencial para desarrollar su capacidad crítica y empática. La literatura es fundamental para entender el mundo que nos rodea y para conectar con las experiencias de otros, algo que es vital en una sociedad cada vez más deshumanizada.
Literatura y desarrollo personal
Leer no es solo una actividad académica; es una forma de explorar la vida, de soñar y de reflexionar. La literatura ofrece a los jóvenes la oportunidad de cuestionar su entorno y de imaginar un futuro diferente. Como bien señala Nuccio Ordine en su obra ‘La utilidad de lo inútil’, las disciplinas que parecen prescindibles son, en realidad, las que sostienen el tejido de una sociedad verdaderamente humana. Por lo tanto, es crucial que la literatura ocupe un lugar central en el currículo educativo.
El impacto de la literatura en la comprensión lectora
La enseñanza de la literatura está intrínsecamente relacionada con la comprensión lectora, una habilidad que ha mostrado un preocupante deterioro en los últimos informes PISA. La escasa participación de los estudiantes en las pruebas de literatura es alarmante y refleja una tendencia que debe ser revertida. Si queremos que las futuras generaciones sean capaces de leer críticamente y de participar activamente en la sociedad, es imperativo reforzar la enseñanza de la literatura desde la educación secundaria hasta el bachillerato.
Un llamado a la acción
Es momento de reivindicar la literatura como un pilar fundamental en la educación. Si Catalunya aspira a ser un referente en el ámbito educativo, debe priorizar la enseñanza de las humanidades. La literatura no solo enriquece la vida de los estudiantes, sino que también les prepara para enfrentar los desafíos del futuro con una mente abierta y crítica. La literatura es, sin duda, un tesoro que debemos preservar y promover en nuestras aulas.