El Govern defiende la literatura como materia de modalidad en el bachillerato frente a cambios educativos.
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La controversia sobre la literatura en el bachillerato
Recientemente, el sector cultural de Catalunya ha expresado su preocupación ante la propuesta del Ministerio de Educación y Formación Profesional de modificar el estatus de las materias de literatura catalana y castellana en el bachillerato.
Según el plan inicial, estas asignaturas pasarían de ser de modalidad a optativas a partir del curso 2026-2027. Esta decisión ha generado un intenso debate sobre la importancia de la literatura en la educación y su papel en la identidad cultural de Catalunya.
La postura del Govern de Catalunya
La consellera de Educación, Esther Niubó, ha sido clara al afirmar que “las literaturas son una línea roja para este Govern”. En una reciente reunión del Ejecutivo, se acordó aumentar las horas de lengua en primaria, lo que refleja un compromiso con la educación lingüística y cultural. Niubó ha negado que se haya producido una rectificación en la política educativa, argumentando que lo que ha circulado es un documento de trabajo que aún está en desarrollo.
Negociaciones con el Ministerio de Educación
El Govern está en conversaciones con el Ministerio de Educación para asegurar que la literatura catalana y castellana mantenga su estatus de materia de modalidad. Según Niubó, hay una buena predisposición por parte del ministerio para respetar la singularidad lingüística y cultural de Catalunya. Este diálogo es crucial, ya que las modificaciones propuestas buscan homologar los currículos en todo el territorio español, lo que podría poner en riesgo la diversidad cultural en la educación.
Impacto en el sistema educativo
Además de la literatura, se están evaluando otras materias del bachillerato, como biología, geología, física y química, para garantizar que los cambios no afecten la calidad del aprendizaje. Niubó ha asegurado que Catalunya no eliminará el trabajo de investigación, conocido como “treball de recerca”, y que se están estudiando itinerarios para unificar asignaturas sin comprometer la calidad educativa. El objetivo es llegar a un consenso que minimice el impacto en el sistema educativo y en la plantilla docente.