A partir de 2025, las estufas de gas estarán prohibidas en las terrazas de Barcelona.
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La ciudad de Barcelona se encuentra en un proceso de transformación en cuanto a la regulación del uso de estufas en las terrazas de bares y restaurantes. A partir del 1 de enero de 2025, las estufas de combustión de gas quedarán completamente prohibidas en la vía pública, una medida que busca reducir las emisiones de CO2 y fomentar el uso de alternativas más sostenibles.
Esta normativa, que fue aprobada en 2018, establece un plazo para la eliminación de estos dispositivos de calefacción, y el Ayuntamiento ha recordado a los establecimientos que deben adaptarse a esta nueva realidad.
Desde la aprobación de la ordenanza en 2018, el Ayuntamiento de Barcelona ha trabajado en colaboración con los propietarios de bares y restaurantes para facilitar la transición hacia estufas eléctricas. A partir de 2025, cualquier establecimiento que utilice estufas de gas se enfrentará a sanciones por incumplimiento de la normativa. Esta decisión ha sido el resultado de un intenso debate entre diferentes actores de la ciudad, incluyendo asociaciones de vecinos y gremios de restauración, quienes han discutido las implicaciones ambientales y económicas de esta medida.
Las estufas eléctricas seguirán siendo una opción viable para los locales de restauración, aunque con ciertas restricciones. La normativa establece que la potencia de estas estufas no podrá exceder los 150 vatios por metro cuadrado de instalación. Además, su uso estará limitado a los meses de invierno, específicamente desde el 1 de noviembre hasta el 30 de abril. Esta regulación busca equilibrar la necesidad de calefacción en las terrazas durante los meses más fríos con el compromiso de la ciudad hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes.
La prohibición de las estufas de gas ha generado diversas reacciones entre los propietarios de bares y restaurantes. Algunos ven esta medida como un paso necesario hacia un futuro más ecológico, mientras que otros expresan preocupaciones sobre el impacto económico que podría tener en sus negocios. La transición hacia estufas eléctricas podría implicar inversiones significativas en infraestructura, lo que podría ser un desafío para muchos establecimientos, especialmente aquellos que ya enfrentan dificultades debido a la pandemia.
En resumen, la eliminación de las estufas de gas en las terrazas de Barcelona es un paso importante hacia la sostenibilidad ambiental. A medida que se acerca la fecha límite, los establecimientos deberán adaptarse a las nuevas regulaciones y considerar alternativas que no solo cumplan con la normativa, sino que también satisfagan las necesidades de sus clientes en un contexto de cambio climático y responsabilidad social.
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