El comisionista Víctor de Aldama revela pagos de hasta cuatro millones de euros en mordidas.
Temas cubiertos
Revelaciones sobre comisiones ilegales
El escándalo de corrupción que sacude al Ministerio de Transportes en España ha tomado un nuevo giro tras las declaraciones de Víctor de Aldama, un comisionista implicado en la trama. Según su testimonio ante el Tribunal Supremo, se habrían pagado hasta cuatro millones de euros en comisiones ilegales por adjudicaciones a dedo de obras públicas.
Estas acusaciones no solo involucran a Aldama, sino también a figuras prominentes del PSOE, incluyendo al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y su exasesor, Koldo García.
Detalles de las acusaciones
Aldama ha afirmado que las mordidas se repartieron entre los mencionados, lo que ha intensificado las sospechas sobre la corrupción en el gobierno.
Durante su comparecencia, el comisionista también reveló que él mismo pagó el alquiler de varios pisos turísticos en Madrid, donde supuestamente se reunían Ábalos y el actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, en compañía de «señoritas». Este tipo de revelaciones ha generado un gran revuelo en la opinión pública y ha llevado a cuestionar la integridad de los funcionarios involucrados.
La respuesta del exministro y su asesor
En medio de estas acusaciones, José Luis Ábalos ha mantenido su inocencia y ha negado cualquier implicación en el escándalo. Sin embargo, Aldama ha insistido en que tanto él como Koldo García recibieron comisiones no solo por el negocio de las mascarillas, sino también por contratos de obra del Ministerio de Transportes. La situación se complica aún más con la aparición de pruebas documentales, ya que Aldama presentó pantallazos de conversaciones de WhatsApp que, según él, respaldan sus afirmaciones.
Implicaciones políticas y legales
El caso ha captado la atención de la opinión pública y ha llevado a una mayor presión sobre el gobierno para que se tomen medidas contundentes. La declaración de Aldama ante el Tribunal Supremo se extendió por más de tres horas, durante las cuales intentó desmantelar el relato presentado por Ábalos en su propia declaración anterior. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la situación se torna cada vez más crítica para los implicados, y se espera que la justicia tome cartas en el asunto.
