Eduard Fernández y Carolina Yuste brillan en una noche de grandes emociones y homenajes.
Temas cubiertos
Una noche de celebración del cine español
La trigésima edición de los Premios Forqué se celebró anoche en Madrid, destacando lo mejor del cine y la televisión en España. Este evento, organizado por Egeda, premió a las producciones y artistas que han dejado huella en el panorama audiovisual del país.
La película El 47, dirigida por Marcel Barrena, se llevó el galardón al mejor largometraje de ficción, consolidándose como una de las obras más aclamadas del año.
Reconocimientos a las actuaciones destacadas
Eduard Fernández, reconocido actor español, fue galardonado con el premio a la mejor interpretación masculina.
Sin embargo, su reconocimiento no fue por su papel en El 47, sino por su interpretación de Enric Marco en el filme Marco, dirigido por Jon Garaño y Aitor Arregi. Este personaje, que se hizo pasar por víctima del Holocausto, ha generado un gran debate y reflexión en la sociedad. Por otro lado, la mejor actriz fue Carolina Yuste, quien brilló en La infiltrada, una película basada en la vida de Aranzazu Berradre Marín, la primera mujer infiltrada en la banda terrorista ETA.
Premios a la innovación y la creatividad
La noche también fue testigo de otros premios significativos. La película Casa en flames, de Dani de la Orden, recibió el premio del público, mientras que en la categoría de mejor largometraje de animación, el galardón fue para Mariposas negras, de David Baute, que aborda el tema del exilio climático a través de la historia de tres mujeres. En el ámbito documental, Marisol, llámame Pepa, de Blanca Torres, se llevó el premio, rindiendo homenaje a la vida de la famosa actriz Pepa Flores.
Homenajes y momentos emotivos
La gala no solo se centró en los premios, sino que también rindió homenaje a figuras icónicas del cine español. José Luis Garci, conocido por su contribución al cine durante la transición española, recibió la medalla de oro. La ceremonia, presentada por la periodista Elena Sánchez, incluyó momentos emotivos, como la interpretación de la nana Mareta, mareta por Sole Giménez, en recuerdo de las víctimas de la dana valenciana. La música también tuvo un papel destacado, con actuaciones de Diana Navarro y María Toledo, así como un monólogo de Carlos Latre que evocó las voces clásicas del cine español.