Aumento de la violencia en Siria con ataques del Estado Islámico en Homs.
En las últimas horas, la provincia de Homs, Siria, ha sido escenario de una serie de ataques mortales atribuidos a presuntos miembros del grupo yihadista Estado Islámico. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, al menos seis personas han sido ejecutadas, lo que ha generado un clima de temor y preocupación entre la población local.
Este aumento de la violencia se produce en un contexto de vacío de poder tras la caída del régimen de Bachar al Asad, lo que podría facilitar el resurgimiento de grupos extremistas en la región.
Los informes indican que en el área de Yabal al Amur, cinco personas, incluidos tres pastores, fueron asesinadas.
Los atacantes no solo cometieron homicidios, sino que también robaron varias cabezas de ganado antes de huir del lugar. Además, un director de gasolinera en Al Qariatain fue asesinado a tiros en la madrugada del viernes, lo que subraya la gravedad de la situación. Hasta el momento, no se ha reclamado la autoría de estos ataques, lo que añade un nivel de incertidumbre sobre la seguridad en la región.
La caída del régimen de Al Asad, quien huyó a Rusia en diciembre, ha dejado un vacío de poder que el Estado Islámico podría intentar aprovechar. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que están compuestas principalmente por la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG) y apoyadas por la coalición liderada por Estados Unidos, han expresado su preocupación por la ofensiva de los rebeldes contra sus posiciones. Este conflicto interno podría debilitar las operaciones contra el Estado Islámico, lo que a su vez podría llevar a un aumento de la violencia y la inestabilidad en la región.
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