Un error médico provoca un insólito incidente en un tanatorio de Palma.
Temas cubiertos
Un insólito error médico en Palma
Este viernes, un sorprendente incidente ha dejado atónitos a los vecinos de Palma, cuando una mujer de avanzada edad, que había sido declarada muerta en el hospital Joan March de Bunyola, comenzó a moverse en el tanatorio de Son Valentí.
Este hecho ha generado una gran conmoción y ha puesto de relieve la importancia de los protocolos médicos en situaciones críticas.
El proceso que llevó al error
El suceso se inició en la mañana del viernes, cuando el personal médico del hospital certificó el fallecimiento de la paciente y emitió el correspondiente certificado de defunción.
Siguiendo el protocolo habitual, se notificó a la Empresa Funeraria Municipal de Palma para que procediera al traslado del supuesto cadáver. Sin embargo, lo que parecía ser un procedimiento rutinario se tornó en un episodio extraordinario cuando los empleados de la funeraria, al preparar el cuerpo, notaron que los dedos de la anciana se movían.
Reacción inmediata ante lo inesperado
Ante esta sorprendente situación, los trabajadores de la funeraria actuaron rápidamente y alertaron a los servicios de emergencias sanitarias. Una ambulancia medicalizada fue movilizada hasta el tanatorio, donde los médicos confirmaron que la mujer aún mantenía las constantes vitales. Tras una evaluación inicial, fue trasladada de urgencia de vuelta al hospital Joan March, donde quedó ingresada nuevamente. Según fuentes consultadas, el estado de la mujer es muy deteriorado y débil, lo que plantea interrogantes sobre su salud y el manejo del caso.
Repercusiones y reflexiones sobre el incidente
Las autoridades sanitarias y municipales han confirmado el incidente, atribuyéndolo a un error médico. Este desafortunado suceso ha llevado a los familiares de la anciana a ser informados de lo ocurrido, generando una mezcla de alivio y preocupación. Por el momento, se descarta cualquier tipo de investigación policial, ya que los hechos son considerados un error y no un acto malintencionado. Este caso pone de manifiesto la necesidad de revisar y mejorar los protocolos médicos para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.