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El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha tomado una decisión sin precedentes al declarar la ley marcial en un discurso transmitido en vivo por la televisión YTN. Esta medida se produce en un momento de creciente tensión política, donde el proceso parlamentario ha sido objeto de controversia y acusaciones de secuestro por parte de los partidos de oposición.
Yoon argumentó que su decisión era necesaria para salvaguardar el orden constitucional y proteger a la República de Corea de las amenazas externas, especialmente de las fuerzas comunistas norcoreanas.
En su discurso, Yoon enfatizó que la ley marcial se implementa para erradicar las fuerzas pro-norcoreanas que, según él, están socavando la libertad y la felicidad del pueblo surcoreano.
La situación se ha intensificado debido a una moción presentada por el Partido Democrático, que busca destituir a fiscales clave y ha rechazado propuestas de presupuesto del gobierno. Esta crisis política ha llevado al presidente a considerar la ley marcial como la única opción viable para restaurar el orden y la estabilidad en el país.
La declaración de ley marcial en Corea del Sur plantea serias preguntas sobre el futuro del país y su sistema democrático. Según el artículo 77 de la constitución surcoreana, la ley marcial puede ser instaurada en situaciones de emergencia nacional, pero su aplicación puede ser vista como un ataque a la democracia y a los derechos civiles. La falta de detalles sobre las medidas específicas que se implementarán genera incertidumbre y preocupación entre los ciudadanos y analistas políticos. La comunidad internacional también observa de cerca esta situación, temiendo que pueda llevar a un aumento de la represión y a un deterioro de las libertades civiles en el país.
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