El Partido Social Demócrata se impone en las elecciones, mientras la ultraderecha gana terreno.
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El contexto de las elecciones en Rumanía
Las elecciones legislativas celebradas recientemente en Rumanía han marcado un hito en el panorama político del país. El Partido Social Demócrata (PSD) se ha alzado con la victoria, obteniendo aproximadamente el 26% de los votos, lo que refleja un ligero descenso respecto a las elecciones anteriores.
Por otro lado, la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), un partido de ultraderecha, ha duplicado su apoyo, alcanzando entre el 19% y el 20% de los sufragios, lo que indica un cambio significativo en las preferencias electorales de los rumanos.
Reacciones en Bruselas y el futuro de la política rumana
La victoria del PSD, que gobierna en coalición con los conservadores, ha generado reacciones en Bruselas, especialmente tras el sorprendente resultado del candidato independiente Calin Georgescu en las elecciones presidenciales. Georgescu, conocido por sus posturas anti-UE y su cercanía a Rusia, ha suscitado preocupaciones sobre el futuro del apoyo europeo a Ucrania, un tema crítico dado el contexto de la invasión rusa. La AUR ha centrado su campaña en criticar la ayuda que Rumanía proporciona a Ucrania, lo que podría tener repercusiones en la política exterior del país.
El ascenso de la ultraderecha y sus implicaciones
El crecimiento de la AUR es notable, ya que ha pasado del 9% en las elecciones de 2020 a cifras que rondan el 19%-20% en los sondeos actuales. Este ascenso plantea interrogantes sobre el futuro del sistema bipartidista que ha dominado Rumanía desde la caída del comunismo en 1989. La AUR, liderada por George Simion, ha prometido suspender la ayuda militar a Ucrania y busca establecer una “paz” en la región, alineándose con posturas similares a las del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
El control del Parlamento se convierte en un objetivo crucial para las fuerzas europeístas, que buscan contrarrestar el posible ascenso de Georgescu a la presidencia. Con la incertidumbre política en aumento, Rumanía, que ha sido un bastión de estabilidad en la región del mar Negro y un aliado clave de la OTAN, enfrenta un futuro incierto.