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La princesa Mette-Marit de Noruega está atravesando una de las etapas más difíciles de su vida, marcada por problemas de salud y la reciente detención de su hijo, Marius Borg Høiby.
Este joven se enfrenta a serias acusaciones, incluyendo dos casos de violación, lo que ha generado una gran preocupación no solo en la familia real, sino también en la opinión pública.
Desde 2018, Mette-Marit padece fibrosis pulmonar crónica, una enfermedad degenerativa que afecta gravemente su calidad de vida.
La casa real noruega ha emitido comunicados para informar sobre su estado de salud, indicando que la princesa ha comenzado un nuevo tratamiento que podría alterar su agenda oficial. Este tratamiento ha provocado efectos secundarios que han llevado a la princesa a cancelar varias apariciones públicas, lo que ha suscitado rumores y preocupación entre los ciudadanos.
La situación de su hijo, que se encuentra en prisión preventiva, también ha tenido un impacto emocional significativo en Mette-Marit. La justicia noruega le ha prohibido comunicarse o visitar a Marius, lo que ha añadido una carga emocional a su ya complicada situación de salud. A pesar de que el príncipe Haakon ha expresado su apoyo a las víctimas de las acusaciones contra su hijo, la falta de pronunciamiento de Mette-Marit sobre el juicio ha generado tensiones dentro de la familia real.
La familia real ha decidido ser transparente sobre la situación de Mette-Marit, reconociendo que su salud y la situación judicial de su hijo están interrelacionadas. En un comunicado reciente, se enfatizó la importancia de compartir información sobre su estado de salud, dado que los efectos del tratamiento pueden influir en su capacidad para cumplir con sus deberes oficiales. Este enfoque abierto busca mitigar los rumores y proporcionar un contexto a la población sobre las ausencias de la princesa en eventos públicos.
La princesa Mette-Marit ha sido un símbolo de fortaleza y resiliencia, enfrentando su enfermedad con valentía. Sin embargo, la combinación de su estado de salud y los problemas legales de su hijo han creado un escenario complejo que requiere apoyo y comprensión tanto de la familia real como del público. La situación actual resalta la fragilidad de la vida personal de los miembros de la realeza, quienes, a pesar de su estatus, enfrentan desafíos que pueden ser abrumadores.
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