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Marius Borg, el hijo de la princesa Mette-Marit de Noruega, se encuentra en el ojo del huracán tras ser acusado de violación en dos casos distintos. La situación ha llevado a su arresto y a una prisión preventiva de una semana, durante la cual se le ha prohibido recibir visitas.
Las autoridades noruegas están llevando a cabo una exhaustiva investigación que incluye el análisis de sus dispositivos móviles, los cuales podrían contener pruebas cruciales para el caso.
Según informes del medio noruego VG, la Policía sospecha que Borg intentó borrar información de uno de sus tres teléfonos móviles antes de que fueran confiscados.
Uno de estos dispositivos es un iPhone de última generación, que tiene la capacidad de eliminar datos de forma remota. Si Borg activó esta función antes de la intervención policial, podría haber eliminado pruebas vitales que demostrarían su culpabilidad. Los investigadores creen que los vídeos almacenados en estos teléfonos podrían evidenciar las agresiones a las víctimas.
No es la primera vez que Marius Borg se enfrenta a problemas legales. En agosto, fue detenido tras un incidente en el apartamento de su exnovia en Oslo, donde fue acusado de lesiones, daños y amenazas. Este caso se ha ampliado para incluir a dos de sus anteriores parejas y a otra persona, lo que ha generado un creciente interés mediático y público. El príncipe Haakon, heredero al trono y esposo de Mette-Marit, ha reconocido la gravedad de las acusaciones y ha expresado su apoyo a las posibles víctimas, instando a que se permita a la Policía y a la Justicia trabajar sin interferencias.
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