Un viaje a través de los recuerdos de una relación que ha perdurado en el tiempo.
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Un amor que trasciende el tiempo
Este viernes 22 de noviembre, Chelo García-Cortés compartió en su programa Ni que fuéramos un emotivo recuerdo sobre el día que conoció a su esposa, Marta Roca. La periodista, con una mezcla de nostalgia y alegría, rememoró el aniversario de un momento que cambió su vida para siempre.
La pareja, que celebra 35 años de unión, ha construido una relación sólida que culminó en matrimonio en 2005, aunque su historia comenzó mucho antes, en un contexto que Chelo ha decidido mantener en la intimidad.
El primer encuentro: nervios y emociones
Chelo relató cómo fue su primer encuentro con Marta, un día lleno de nervios y expectativas. «Es el día que conocí a la mujer de mi vida», confesó. En ese momento, Marta acababa de salir de una relación, lo que permitió que sus caminos se cruzaran en un momento de libertad. La periodista recordó que se preparó meticulosamente para la cita, cambiándose de americana varias veces antes de salir. «Quería sorprender», dijo, y lo logró. La cita tuvo lugar en una cafetería de Barcelona, un lugar que Chelo eligió con gran cuidado, reflejando su pasión por los detalles.
Una conexión instantánea
El encuentro fue mágico. Chelo llegó montada en su Yamaha, una moto que, según sus propias palabras, «brillaba que te mueres». Desde el primer instante, la conexión entre ambas fue inmediata y profunda. La química fue tan intensa que, como reveló Chelo, esa misma noche compartieron su primer momento íntimo. Este relato no solo destaca la historia de amor entre Chelo y Marta, sino que también pone de manifiesto la importancia de los encuentros fortuitos que pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas.
Reflexiones sobre el amor y la vida
A lo largo de estos 35 años, Chelo y Marta han enfrentado juntos los altibajos de la vida, fortaleciendo su vínculo y construyendo un hogar lleno de amor y respeto. La periodista ha expresado en múltiples ocasiones que el amor verdadero no solo se basa en la pasión, sino también en la complicidad y el apoyo mutuo. Su historia es un testimonio de que el amor puede florecer en los momentos más inesperados y que, a pesar de las adversidades, siempre hay espacio para la felicidad y la conexión emocional.