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La operación Catalunya ha sido uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de la Policía Nacional en España. Este entramado, que se inició en 2012, ha sido objeto de múltiples investigaciones y ha dejado al descubierto la existencia de una red de espionaje que buscaba desacreditar a líderes independentistas catalanes.
Marcelino Martín Blas, exjefe de Asuntos Internos, ha comparecido ante el Congreso para arrojar luz sobre este escándalo, señalando a figuras clave como el excomisario José Manuel Villarejo y el exdirector adjunto operativo Eugenio Pino como los principales artífices de esta operación.
Durante su intervención, Martín Blas presentó una serie de audios y documentos que evidencian la estrategia utilizada para difundir información falsa y manipular la opinión pública. Uno de los ejemplos más impactantes fue la captura de pantalla de un mensaje enviado por Pino a un medio de comunicación, donde se mencionaban supuestas cuentas de Jordi Pujol en Andorra. Esta revelación ha generado un gran revuelo, ya que pone de manifiesto la utilización de la prensa como herramienta para llevar a cabo una guerra sucia contra figuras políticas.
La operación Catalunya no solo ha afectado a los individuos directamente implicados, sino que ha tenido repercusiones en la confianza pública hacia las instituciones. La revelación de que altos mandos del Ministerio del Interior estaban al tanto de estas actividades ha suscitado un debate sobre la ética y la legalidad de las acciones policiales. La diputada de ERC, Pilar Vallugera, cuestionó a Martín Blas sobre su conocimiento de la operación, a lo que él respondió que había sido un mero peón en un juego mucho más grande, diseñado por Villarejo y sus aliados.
El Partido Popular ha puesto en duda la veracidad de la documentación presentada por Martín Blas, sugiriendo que su origen es cuestionable. Sin embargo, el exjefe de Asuntos Internos ha insistido en que la información está debidamente documentada y que su intención es demostrar su inocencia en un caso que ha manchado su carrera. A medida que las investigaciones avanzan, la presión sobre los implicados aumenta, y la necesidad de transparencia se vuelve más urgente.
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