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Este sábado, las calles de Valencia se convirtieron en el escenario de una protesta masiva que reunió a miles de ciudadanos en respuesta a la gestión de las autoridades durante los momentos más críticos de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos).
La manifestación, convocada por diversas entidades, busca exigir responsabilidades al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a quien acusan de una actuación «negligente» que, según los manifestantes, ha tenido consecuencias fatales.
La marcha, que se desarrolló de manera pacífica en sus inicios, fue impulsada por el deseo de los ciudadanos de que se tomen medidas adecuadas ante situaciones de emergencia.
Los asistentes, que según la Delegación de Gobierno alcanzaron los 130.000 participantes, corearon consignas como «asesinos», «dimisión» y «Mazón, a prisión», reflejando la indignación acumulada por la falta de respuesta efectiva durante la crisis provocada por la DANA.
A pesar de la intención pacífica de la manifestación, la situación se tornó tensa frente al ayuntamiento de Valencia. La policía se vio obligada a intervenir cuando un pequeño grupo de manifestantes encendió bengalas y trató de quemar trajes de protección EPI que estaban atados a una de las puertas del consistorio. Este acto provocó una respuesta inmediata de las fuerzas del orden, que se prepararon para actuar tras el lanzamiento de barro hacia la sede de la Presidencia, lo que generó un clima de confrontación.
La protesta no solo es un reflejo de la frustración por la gestión de la DANA, sino también un llamado a la acción por parte de la ciudadanía. Los manifestantes exigen que se tomen en serio las advertencias sobre el cambio climático y la necesidad de implementar medidas preventivas que protejan a la población en futuras crisis. La movilización de este sábado es un claro indicativo de que la sociedad civil está dispuesta a alzar la voz y exigir cambios significativos en la gestión de emergencias.
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