Un recorrido por el renovado hotel The Hoxton y su oferta gastronómica en Bruselas
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Un vistazo a la historia de la Torre Victoria
La Torre Victoria, anteriormente conocida como Torre IBM, se erige como un símbolo de la era dorada de la tecnología en Bruselas. Construida en los años 70, este edificio de 22 pisos fue diseñado por el arquitecto Walter Bresselers, quien enfatizó su verticalidad y el uso de materiales industriales como acero y hormigón.
Con el tiempo, la torre ha pasado de ser un cuartel general de IBM a convertirse en un espacio multifuncional que alberga el hotel The Hoxton, oficinas y áreas de coworking.
El diseño interior de The Hoxton
La remodelación de la Torre Victoria ha sido llevada a cabo por el estudio de arquitectura 51N4E, que ha logrado mantener la esencia del edificio original mientras lo transforma en un espacio contemporáneo y acogedor.
El interiorismo, realizado por Aime Studios, evoca la estética retro de los años 70, utilizando una paleta de colores vibrantes y una mezcla de texturas que crean un ambiente cálido y energizante. Desde el lobby de doble altura hasta las habitaciones, cada rincón del hotel está diseñado para ofrecer una experiencia única a sus huéspedes.
Gastronomía y vistas en la azotea
El hotel no solo destaca por su diseño, sino también por su oferta gastronómica. En la azotea, el bar taquería Tope ofrece una experiencia culinaria mexicana con impresionantes vistas de Bruselas. La decoración del bar, que incluye elementos de caña y mimbre, complementa perfectamente la atmósfera relajada del lugar. Además, la Cantina Valentina, con su propuesta de cocina peruana creativa, invita a los comensales a disfrutar de un ambiente rodeado de vegetación, creando una conexión con la naturaleza en medio de la ciudad.
Un futuro sostenible
La remodelación de la Torre Victoria no solo se centra en la estética, sino también en la sostenibilidad. El proyecto busca transformar el edificio en un espacio híbrido que minimice su impacto ambiental, utilizando tecnologías de bajo consumo energético y eliminando la dependencia de combustibles fósiles. Esta visión de futuro no solo preserva la historia del edificio, sino que también lo adapta a las necesidades contemporáneas, convirtiéndolo en un modelo a seguir en la arquitectura moderna.