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El huracán Rafael ha dejado una profunda huella de destrucción en Cuba, donde miles de personas se enfrentan a la difícil tarea de reconstruir sus hogares. Este fenómeno meteorológico, que se debilitó a tormenta tropical mientras avanzaba por el Golfo de México, arrasó con la red eléctrica del país y causó el colapso de cientos de viviendas.
Las imágenes de la devastación son impactantes, con árboles caídos y escombros esparcidos por las calles inundadas, reflejando la magnitud del desastre.
Los vientos máximos sostenidos de 110 kph (70 mph) del huracán provocaron la evacuación de 283,000 personas y la destrucción de 461 viviendas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno cubano por restablecer el suministro eléctrico, aún hay muchas familias que permanecen sin luz. La situación se complica aún más debido a la crisis energética que ya enfrentaba la isla, lo que ha llevado a apagones prolongados y a un aumento en la desesperación de la población.
El gobierno de México también se ha visto afectado por el paso del huracán, con advertencias sobre fuertes lluvias y olas peligrosas en varios estados. La comunidad internacional ha comenzado a ofrecer ayuda, pero la recuperación será un proceso largo y arduo. Las imágenes de niños jugando en medio de la destrucción contrastan con la gravedad de la situación, recordándonos la resiliencia de las comunidades afectadas. La reconstrucción no solo implica reparar edificios, sino también restaurar la esperanza y la dignidad de quienes han perdido tanto.
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