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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, no ha ocultado su alegría tras la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En un mensaje en la red social X, Orbán describió el triunfo como «la mayor remontada en la historia política de Estados Unidos» y felicitó al presidente por su «enorme victoria», considerándola una victoria necesaria para el mundo.
Este apoyo no es nuevo; Orbán ha respaldado a Trump desde 2016, y su relación se ha fortalecido con reuniones en Palm Beach en varias ocasiones.
La victoria de Trump también ha resonado en otros países europeos.
Geert Wilders, líder del partido de extrema derecha en los Países Bajos, celebró el triunfo en X, instando a Trump a seguir luchando y ganando elecciones. En Alemania, el partido AfD también expresó su apoyo. La copresidenta, Alice Weidel, destacó que la decisión no fue de «Hollywood woke», sino del pueblo trabajador estadounidense, deseando suerte al nuevo presidente. Estas reacciones reflejan un creciente apoyo entre los partidos de extrema derecha en Europa hacia Trump, quien se ha convertido en un símbolo para muchos de ellos.
La victoria de Trump podría tener profundas implicaciones para la política europea. Con Hungría ocupando la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, Orbán ha señalado que celebrará el triunfo de Trump con un brindis en Budapest. Este contexto político sugiere que la influencia de Trump podría extenderse más allá de las fronteras de Estados Unidos, afectando las dinámicas políticas en Europa. La cumbre de la Comunidad Política Europea y la cumbre informal de la UE que se celebrarán en Budapest esta semana podrían ser un escenario clave para discutir las futuras relaciones entre Europa y Estados Unidos bajo la administración de Trump.
En España, el presidente de Vox, Santiago Abascal, fue uno de los primeros en felicitar a Trump, destacando la importancia del voto hispano en su victoria. Abascal enfatizó que este es un momento para los patriotas y la libertad, alineándose con la narrativa de muchos líderes de extrema derecha que ven en Trump un aliado en la lucha por sus ideales. Este fenómeno sugiere que la victoria de Trump podría inspirar a movimientos similares en Europa y América Latina, donde el nacionalismo y el populismo están en auge.
A medida que el mundo observa las reacciones a la victoria de Trump, queda claro que su influencia se extiende más allá de Estados Unidos. Los líderes europeos que celebran su triunfo están posicionándose para aprovechar el cambio en la política global. La relación entre Trump y estos líderes podría redefinir las alianzas y tensiones en el continente europeo, marcando un nuevo capítulo en la política internacional.
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