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El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha dejado claro que no tiene intención de dar un paso atrás en la gestión de la crisis provocada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos).
En una comparecencia reciente, Mazón reafirmó su compromiso de enfrentar la situación con determinación, asegurando que “a esa realidad vamos a seguir mirándola de frente, sin bajar la mirada”. Esta declaración se produce en un contexto de creciente presión para que el Gobierno declare la emergencia nacional, como solicitó su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo.
En su intervención, Mazón presentó un ambicioso paquete de medidas que asciende a 31.402 millones de euros. Entre las solicitudes al Gobierno central, destaca una ayuda complementaria de 15.000 euros para las víctimas de la riada, además de 1.400 millones para la compra de vehículos y 2.200 millones destinados a la reparación de cauces de ríos. Estas medidas buscan prevenir futuras catástrofes y facilitar la reconstrucción de las áreas afectadas.
El Consell ha aprobado activar una línea de ayudas directas de 6.000 euros para las personas cuyas viviendas han sido dañadas por las inundaciones. Estas ayudas se tramitarán con máxima urgencia, con el objetivo de que los afectados puedan recibir el apoyo necesario antes de que finalice la semana. Además, se ha establecido otra línea de ayudas para cubrir los gastos de urgente necesidad que enfrentan los municipios, comenzando desde 200.000 euros para cada uno de ellos. Estas iniciativas forman parte de un paquete total de 250 millones de euros destinados a la crisis.
La comparecencia de Mazón se produjo en un ambiente de tensión, con gritos de “Mazón dimisión” y protestas en las afueras del Palau. A pesar de esto, el presidente valenciano ha mantenido su postura firme, criticando al Gobierno central por el retraso en la respuesta ante la crisis. En particular, ha señalado a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y a la Confederación Hidrográfica del Júcar por su falta de acción oportuna. Estas acusaciones fueron rápidamente rebatidas, lo que refleja la complejidad de la situación política en torno a la gestión de la crisis.
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