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Donald Trump, expresidente de Estados Unidos entre 2017 y 2021 y actual candidato por el Partido Republicano, ha continuado su discurso en contra de la inmigración. Este martes, anunció su intención de proponer la pena de muerte para cualquier inmigrante que sea hallado culpable de asesinar a un ciudadano estadounidense.

Esta medida marca una de las posiciones más drásticas en su discurso antiinmigrante. Durante un evento en Greensboro, Carolina del Norte, afirmó: “Debemos actuar… estoy solicitando la pena de muerte para los migrantes que maten a un ciudadano estadounidense o a un agente del orden… el Congreso lo respaldará”.

Esta es la cuarta vez en dos días que Trump visita Carolina del Norte, uno de los siete estados decisivos para las próximas elecciones presidenciales. Este estado, que dispone de 16 votos electorales, es un campo de batalla clave donde los sondeos indican una competencia muy ajustada entre él y la actual vicepresidenta, Kamala Harris. Aunque se había anticipado que el enfoque de su discurso sería la recuperación del estado tras el devastador huracán Helene del mes pasado, que dejó más de 230 fallecidos, principalmente allí, Trump centró su atención en reiterar su mensaje antiinmigrante a lo largo de casi dos horas. Sugirió que la inmigración es la principal preocupación de los estadounidenses, incluso más que la economía, buscando alimentar su narrativa de «fronteras abiertas» para criminales, que le ha valido tanto apoyo como aplausos.

Para los votantes, la economía es la principal preocupación. Según la más reciente encuesta de Gallup, la mayoría de ellos (52 %) considera que las posturas de los candidatos sobre este tema tienen una influencia “extremadamente importante” en su decisión de voto. Además, un 38 % lo califica como “muy importante”, lo que indica que la economía podría influir en nueve de cada diez electores. La encuesta reveló que el tema de la inmigración se situó en el quinto lugar de una lista de 22 asuntos relevantes para los votantes en el sondeo publicado la semana pasada. Trump afirmó que la inmigración debería ser la prioridad número uno, seguida por la economía y la inflación, argumentando que la frontera representa una gran amenaza para el país. Durante su discurso, lanzó críticas hacia su oponente Harris, acusándola de permitir “fronteras abiertas”, a pesar de que las políticas de asilo implementadas por el Gobierno de Joe Biden han logrado disminuir las detenciones en la frontera suroeste a niveles más bajos que los de 2020, el último año del mandato republicano, según datos recientes. Trump reiteró su promesa de llevar a cabo deportaciones masivas y de imponer penas de diez años a quienes regresen tras ser expulsados, además de presumir el respaldo de agentes de la Patrulla Fronteriza que enfrentan lo que él considera una crisis en el sur, señalando la presencia de traficantes de drogas, violadores y criminales.

En un hecho que se repitió a lo largo del día, el exmandatario volvió a descalificar a Harris, expresando: «No necesitamos a otra persona con un bajo nivel de inteligencia; ya tuvimos una así durante cuatro años». Esta afirmación la hizo nuevamente tras un mitin en Miami. Además, afirmó que su oponente “es vaga y estaba durmiendo” mientras él se dedicaba a su trabajo, refiriéndose a la ausencia de actividades públicas de campaña programadas para ese día por parte de la vicepresidenta. En contraparte, el expresidente Barack Obama, que estuvo en funciones de 2009 a 2017, apoyó la candidatura de Harris hoy en Wisconsin y en Detroit, Michigan, junto al rapero Eminem.

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