### Itinerario para disfrutar de San Lorenzo de El Escorial en un fin de semana
Después de explorar las maravillas de Aranjuez, nuestra aventura prosigue hacia los tesoros madrileños que son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En esta ocasión, nos enfocamos en esta villa situada en la sierra de Guadarrama.
En el ocaso del siglo XVI, durante el esplendor del Siglo de Oro, Felipe II decidió que San Lorenzo de El Escorial sería el lugar para erigir su obra maestra: el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial.
El rey anhelaba un entorno natural y montañoso desde donde pudiera observar las torres del antiguo Real Alcázar, que se encontraba en el área actualmente ocupada por el Palacio Real. La Herrería fue el lugar idóneo para este propósito.
Este ambicioso proyecto, que se extendió por más de 33,000 metros cuadrados y fue considerado como la octava maravilla del mundo, celebra este año su 40 aniversario desde que fue incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. La construcción del monasterio comenzó en 1563 y finalizó dos siglos después, bajo el reinado de su nieto, Carlos IV. Sin embargo, los últimos toques realizados por Alfonso XII en el siglo XIX reflejan cómo cada monarca de los Habsburgo y, posteriormente, de los Borbones, dejó su impronta en cada rincón de la localidad. Este patrimonio histórico ha permitido que San Lorenzo sea considerado un Conjunto Histórico-Artístico.
Te invitamos a explorar esta villa en la Sierra de Guadarrama con tranquilidad. Con esto en mente, hemos creado un itinerario de tres días que detalla qué actividades realizar, qué lugares visitar y dónde comer en San Lorenzo de El Escorial.
### Día 1. Disfrutando de la Naturaleza.
San Lorenzo es un encantador pueblo en la sierra, situado a los pies de las montañas Abantos y Las Machotas, que forman parte del sistema montañoso de Guadarrama. Gracias a esta ubicación, se pueden explorar múltiples senderos que atraviesan estos hermosos entornos naturales. En esta ocasión, nos hemos enfocado en una de las rutas menos populares, la de la reforestación de Abantos. Este recorrido abarca diez kilómetros y se puede completar en aproximadamente tres horas, y su historia es fascinante. No siempre fue este el verdor frondoso que conocemos; originalmente, Abantos era una montaña árida y pelada. En 1892, un grupo de ingenieros forestales de la escuela superior que se encontraba en el pueblo decidió realizar su transformación. Bajo la dirección del profesor Miguel Campos, dieron inicio a lo que se considera la primera reforestación científica en territorio español.
El recorrido circular se inicia en el Arca Romeral, un sistema de abastecimiento y filtración de agua que fue creado en el arroyo cercano a la presa para atender a una colonia de veraneantes en crecimiento. A lo largo del trayecto, que incluye diez puntos clave para la repoblación forestal, se puede concluir (si se desea) en la Casa de la Cultura, que fue la sede de la Escuela de Montes y la primera Casa de Oficios durante el siglo XVI. En el camino, se pueden observar diversas especies como tilos, castaños, pinsapos, chopos centenarios, hayas, alerces y un olmo emblemático. Estas diferentes especies han prosperado gracias al esfuerzo de ingenieros forestales. Además, se pueden admirar impresionantes vistas del bosque de La Herrería, así como de montañas como Las Machotas, el pico del Fraile y Los Tres Ermitaños desde la zona histórica de Felipe II. La ruta también atraviesa La Horizontal, un barrio enclavado en el bosque que fue elegido por muchos burgueses para sus vacaciones estivales. Este trayecto está geolocalizado, permitiendo que los interesados puedan descargar el recorrido en sus dispositivos móviles para acceder a él en cualquier momento, incluso sin cobertura.
Tras la caminata, es hora de disfrutar de la gastronomía. En el restaurante El Horizontal, ubicado en un antiguo merendero de la colonia formada a principios del siglo XX, puedes seguir conectado con la naturaleza mientras degustas platos tradicionales con ingredientes de temporada y un toque innovador. La Herrería, situada en el club de golf, también es conocida por sus vistas y su excelente cocina; y si el clima lo permite, vale la pena descansar en la terraza del quiosco Fuente del Seminario en el bosque de La Herrería para recuperar energías.
Día 2. Ruta de Patrimonio Mundial.
Durante gran parte de nuestro segundo día, vamos a centrarnos en la exploración del Patrimonio Mundial de San Lorenzo de El Escorial, especialmente porque este año se conmemoran 40 años desde que el Monasterio y el Real Sitio fueron reconocidos por la Unesco. Iniciaremos nuestra visita en el Real Monasterio y sus jardines, para luego dirigirnos a la Primera y Segunda Casa de Oficios. Estas estructuras fueron erigidas más tarde para ofrecer más espacios palaciegos que no podían ser acomodados en el Monasterio debido a limitaciones de espacio. Actualmente, albergan la Casa de la Cultura, el santuario de Nuestra Señora de Gracia y el Centro Integrado de Estudios Musicales Padre Antonio Soler. Después, nos trasladaremos a la Casa de la Compañía, donde la orden de los Jerónimos tenía varias instalaciones, como un molino, hornos, un refectorio con cocina, talleres artesanales, herrerías, establos, cocheras y hasta celdas para visitantes.
En el siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, también una figura clave en el progreso de la localidad, Juan de Villanueva edificó la Casa del Secretario de Estado o Tercera Casa de Oficios, que fue la residencia del conde de Floridablanca, quien ocupaba el cargo de primer secretario de Estado. Además, se construyó la Casa de los Infantes y de la Reina, que tenía el objetivo de alojar a la familia y el personal de los infantes D. Gabriel, D. Antonio Pascual y D. Francisco Javier.
Lejos de la Lonja, en la zona conocida como la Dehesa de la Herrería, hallamos la Casa del Infante Don Gabriel, también conocida como la Casa de Arriba. Con una inspiración en las villas italianas, esta edificación contaba con jardines aterrazados que la rodeaban. En este lugar, el infante disfrutaba de su pasión por la música, lejos del ajetreo del palacio.
Finalmente, aunque la Casita del Príncipe no se ubica en San Lorenzo, forma parte de la ruta de Patrimonio Mundial en El Escorial. Este pabellón de ocio de Carlos IV, quien era el Príncipe de Asturias en su época, incluye una casa de estilo neoclásico, dos jardines (uno en la parte delantera y otro en la trasera) y un pequeño bosque con robles y encinas, además de pinsapos y algunas secuoyas.
Para saciar el apetito tras un día de exploración histórica, sugiero que pruebes lo que se considera el mejor cocido madrileño en El Charolés o degustes los guisos a fuego lento preparados por el chef Dani Ochoa en su reconocido restaurante, Montia, que cuenta con estrella Michelin.
Día 3. Actividades culturales y recorridos urbanos
El último día podemos iniciarlo disfrutando de un chocolate con picatostes en el Hotel Miranda & Suizo y luego adentrarnos en las rutas urbanas de los siglos XVI y XVIII. En estos dos trayectos, de alrededor de una hora, podremos apreciar la influencia que dejaron Felipe II y Carlos III en el casco histórico, lo que le otorga al lugar un aire de distinción. Además del Patrimonio Mundial, hay otros sitios emblemáticos como el Real Coliseo Carlos III, las Cocheras del Rey, la Casa de los Duques de Alba, el Hospital San Carlos y el Mercado Público.
Otra manera pintoresca y sencilla de conocer el casco urbano es a través de los árboles notables. En San Lorenzo, diversas plazas y lugares destacados albergan 36 especies centenarias, incluyendo los pinsapos de la Plaza de Jacinto de Benavente y el cedro de Atlas visible desde la Plaza de la Virgen de Gracia.
Para satisfacer la sed de cultura, el Real Coliseo acoge en noviembre el 42º Festival de Otoño, un evento que presenta 25 actuaciones de danza, teatro, música y performances, con la participación de compañías de 15 países diferentes. Durante los fines de semana, de octubre a diciembre, se puede gozar del arte dramático con representaciones como «Yerma» de Federico García-Lorca.
No puedes abandonar San Lorenzo de El Escorial sin deleitarte, si el clima lo permite, con unas tapas en alguna de las muchas terrazas de la Plaza del Ayuntamiento, donde se pueden disfrutar de encantadoras vistas al monasterio. Además, puedes degustar la cocina tradicional en el famoso mesón La Cueva. Si no sabes qué elegir, ten en cuenta que tanto la carne como las setas son una excelente opción, y para el postre, no olvides probar las bizcotelas, un postre típico recubierto de chocolate.
Y si aún te queda energía, en el Valle de Cuelgamuros, conocido también como el Valle de los Caídos, se levanta majestuosamente en medio de un bosque de pinos una enorme cruz de granito de 150 metros de altura, con brazos que miden 24 metros cada uno. Desde la cima del Risco de La Nava se puede apreciar todo el esplendor del paisaje.
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