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El castañar más encantador de Andalucía para disfrutar de un paseo durante esta temporada de otoño, de acuerdo con National Geographic

El castañar más encantador de Andalucía para un paseo en otoño, según National Geographic

Andalucía se transforma en un auténtico espectáculo visual durante la temporada otoñal, y dentro de este paisaje destaca un castañar que se convierte en el lugar ideal para disfrutar de un recorrido rodeado de tonos dorados y ocres.

Este entorno natural no solo es un deleite para los ojos, sino que también entrelaza tradición y naturaleza, brindando una experiencia singular en la comunidad autónoma.

El Bosque de Cobre, situado en la Serranía de Ronda en la provincia de Málaga, se extiende a lo largo del valle del Genal.

Este castañar es reconocido tanto por su belleza natural como por su relevancia cultural, ya que cada otoño se lleva a cabo la cosecha de castañas. Esta tradición congrega a los residentes de la zona en eventos populares, como la celebración de los ‘tostones’, donde las castañas asadas son las protagonistas indiscutibles.

El valle del Genal se ha afianzado como un destino favorito para quienes disfrutan del senderismo, y especialmente en otoño, los matices del bosque crean un panorama impresionante. Una de las rutas más famosas es la Gran Senda de Ronda, que ofrece varios caminos para explorar el Bosque de Cobre. Estas excursiones permiten a los caminantes sumergirse en la tranquilidad del bosque, interrumpida únicamente por el sonido de las hojas crujientes y el suave murmullo de los arroyos.

Este entorno natural resulta perfecto tanto para los más experimentados como para los que prefieren un paseo tranquilo, dado que dispone de senderos con diversas gradaciones de dificultad. Asimismo, los múltiples miradores ubicados en localidades como Pujerra y Cartajima brindan impresionantes vistas panorámicas de los bosques de castaños.

El Genal, situado al suroeste de Málaga, se extiende por 485 km² y es atravesado por el río que lleva su nombre. Aunque abarca 15 localidades, su número de habitantes es bastante reducido, superando apenas los 7.000.

Los pueblos aledaños al valle del Genal mantienen una estrecha relación con el castaño y su fruto, lo cual se refleja en su oferta culinaria. Durante el otoño, es habitual encontrar platos que incorporan castañas, abarcando desde guisos tradicionales hasta postres deliciosos.

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