Angelina Jolie, quien asume el papel de la icónica soprano María Callas en el nuevo biopic dirigido por Pablo Larraín, revela en una reciente entrevista que le hubiese encantado tener una «amistad» con la famosa prima donna griega, debido a la soledad que ambas experimentan.
«Vivo mi vida como si escribiera una autobiografía, reflexionando sobre el pasado», comparte Jolie durante su intervención en «María», una afirmación que captura a la perfección la esencia de este proyecto, que examina tanto los momentos brillantes como los oscuros de la reconocida cantante de ópera en sus últimos años en el París de la década de 1970, ofreciendo una mirada más personal a la figura que se ocultaba tras la leyenda.
En varias escenas, la soprano elige ser llamada por su nombre, ‘María’, mientras que en otras prefiere el apodo ‘La Callas’, aunque Jolie menciona que «María no contaba con un espacio para sí misma en un mundo donde todos adoraban a ‘La Callas'». En una conversación con Efe y otros medios internacionales, la actriz confiesa haber encontrado similitudes con la famosa cantante greco-estadounidense durante su proceso de preparación. «Tal vez lo que más compartimos es la soledad, algo que no me siento mal de revelar. Ambas hemos experimentado momentos de aislamiento y soledad, y por eso me habría gustado ser su amiga», comentó. Además, Jolie tuvo que sumergirse en el aprendizaje del canto operístico, utilizando su propia voz para el filme, un proceso que describe como sanador, ya que le permitió descubrir su voz, liberar viejas heridas emocionales y liberar su cuerpo. «No sabía cómo combinar el llanto con el canto, lo que se convirtió en un desafío, ya que al llorar, mi garganta se cerraba», relata.
La actriz reconoce que su mentor más influyente durante el aprendizaje fue la misma Callas, quien promovía un enfoque en el que se empezaba por dominar los aspectos técnicos y musicales, dejando para el final las emociones y la esencia humana. Además de su carrera actoral, ha dirigido varios filmes y documentales, y menciona que sintonizaba plenamente con las ideas de Pablo Larraín, a quien le expresó su gratitud por darle la oportunidad de encarnar a María y por permitirle compartir sus puntos de vista sobre el papel. Por su parte, Larraín, al referirse a su colaboración con Angelina Jolie, la califica de «hermosa y entretenida», aunque reconoce que fue un proceso desafiante. Señala que la actriz tenía un gran entendimiento de su labor y captaba con rapidez sus intenciones artísticas.
