Nicolás Cage puede transformarse en el sujeto de tus fantasías o temores, tal como lo hizo en «Dream Scenario», asumir el rol de un héroe en «Prisoners of Ghostland», encarnar a Drácula en «Renfield» o presentarse a sí mismo en «El insoportable peso de un talento descomunal».
Este actor ha transitado de ser un referente en memes a convertirse en un favorito de muchos amantes del cine, participando en producciones sorprendentes y de bajo presupuesto. No resulta sencillo seguir sus pasos, ya que en un par de años se puede contar una docena de filmes con él como protagonista o en el elenco.
Su último estreno en cines fue en un papel secundario pero inquietante, dentro del oscuro thriller «Longlegs». En su faceta de genio y figura, Cage fue una de las estrellas brillantes en el Festival Internacional de Cine de Newport Beach, celebrado el 20 de octubre. Según informa Deadline, aprovechó la plataforma para alertar, en particular a los actores más jóvenes, sobre los peligros que conlleva la Inteligencia Artificial. Se refirió específicamente a la tecnología de réplica digital conocida como EBDR (Employment-Based Digital Replica), que permite a los estudios crear réplicas digitales de los actores y manipularlas libremente. Cage ya había experimentado esto al hacer un cameo como Superman en «Flash».
Por ahora, el EBDR es una de las dos réplicas digitales permitidas luego de las huelgas que paralizaron Hollywood en el otoño de 2023, como resultado de un acuerdo entre el sindicato SAG-AFTRA y la Alianza de Productores de Cine y Televisión.
El reconocido actor reflexionó sobre la actuación cinematográfica, describiéndola como un arte que se desarrolla de manera artesanal y natural, comenzando desde la base. «Surge del corazón, alimentada por la imaginación, a partir de pensamientos, detalles, análisis, perfección y preparación», expresó. Además, mencionó la llegada de una nueva tecnología a la industria, con la que él no tuvo que enfrentarse durante más de 40 años hasta ahora. Este avance, conocido como EBDR, representa un reto para los nuevos talentos del cine, quienes deberán adaptarse a su uso. «La tecnología intenta apropiarse de nuestras herramientas como actores. No estamos detrás de instrumentos musicales», añadió.
Cage alertó sobre las intenciones de los estudios cinematográficos, que están interesados en manipular aspectos como la apariencia, la voz, las líneas de diálogo, el lenguaje corporal y la actuación después de la filmación. Propuso a los actores jóvenes que, si un estudio les ofrece un contrato que les permita utilizar EBDR, deben considerar lo que denomina MVMCMCMI: mi voz, mi rostro, mi cuerpo, mi imaginación y mi actuación. Para finalizar, hizo un fuerte llamado a cuidar su herramienta de trabajo: «Defiendan su instrumento».
Así, relató su experiencia negativa con el proyecto ‘Flash’.
En lugar de concluir con el testimonio del aclamado protagonista de «Leaving Las Vegas», aprovechemos este momento para recordar un hecho interesante relacionado con su breve aparición en «Flash», dirigida por Andy Muschietti. En una de las secuencias, se pretendía rendir homenaje al proyecto frustrado de Tim Burton, donde él debía interpretar al famoso superhéroe de Krypton con su característico cabello largo. No obstante, el actor expresó su descontento con el resultado final. En una entrevista para Yahoo! Entertainment, mencionó que lo que se proyectaba en la pantalla no reflejaba su trabajo. «Solo filmé una escena durante aproximadamente una hora en la que llevaba el traje, observando la devastación de un universo y tratando de expresar sentimientos de tristeza, pérdida y miedo. Eso fue todo lo que hice».
Sin embargo, al asistir al cine para verlo, se llevó una gran sorpresa al ver que «estaba combatiendo una enorme araña. Eso no fue lo que hice». No dudó en calificar esa experiencia como «una pesadilla», afirmando además que «no hay nada más inhumano que la inteligencia artificial». Tampoco Tim Burton tuvo una opinión positiva sobre esa escena.
El debate en torno al uso y abuso de la inteligencia artificial sigue vigente, ya que esta tecnología tiene el potencial de cambiar o incluso sustituir actuaciones. ¿Se utilizará principalmente para reducir costos? ¿Con ello se verán amenazados los empleos de los actores? ¿Se convertirá todo en un proceso más… artificial? La esencia humana sigue siendo fundamental, y es indudable que esta discusión se mantendrá viva por mucho tiempo.
