La situación en Galicia respecto al Mundial se complica: Abel Caballero se enfrenta a la Federación por el estadio de Balaídos. La Federación se niega a hacer públicos los informes sobre las candidaturas que el alcalde exige: «No somos una entidad pública».
En la organización nunca se discutió sobre las opciones del campo del Celta.
El desacuerdo entre la Real Federación Española de Fútbol y el CSD acerca de las sedes para la Copa del Mundo 2030 ha dado un giro negativo en Galicia, donde la omisión de Vigo de la lista de sedes aún provoca repercusiones tres meses después de que la REFF anunciara los 11 estadios seleccionados para el torneo.
«Algo no encaja; no nos fuerce a recurrir a la justicia», advierte Caballero, quien está descontento con lo que considera un proceso poco transparente. A Coruña ha sido elegida como sede en Galicia, y al día siguiente de esta decisión surgió un conflicto sobre la financiación que podría comprometer su participación en el evento.
Caballero exige que la Federación haga públicas sus pautas de evaluación y los informes sobre las candidaturas. Según el organismo, se utilizaron «una serie de criterios y baremos objetivos, conforme a los requisitos de la FIFA», cuando se hizo el anuncio. «Queremos entender cómo se evaluó cada aspecto, solamente eso», demanda Caballero, quien añade: «Si el inconveniente es financiero, aclaro que no es así; Vigo es la única ciudad entre todas las sedes que no tiene deudas».
Según fuentes de la Federación de Fútbol, la candidatura de Vigo quedó muy lejos de otras debido a “un problema evidente con su estadio”. Sin embargo, se ha decidido no hacer públicos los informes que respaldan esta afirmación. Un portavoz aclaró que la federación no actúa como una administración y justificó la decisión al mencionar datos considerados confidenciales. Este mismo representante indicó que nunca se discutieron realmente las posibilidades de Vigo, ya que se evaluaban como poco probables debido a la situación financiera relacionada con la inversión necesaria. “Se ha entendido desde el principio que Balaídos no estaba a la altura de otras candidaturas en términos de infraestructura”, añadió.
Por otro lado, el conflicto subyacente entre el Gobierno y la federación, que actualmente se encuentra sin dirigente, ha sido notable. El Consejo Superior de Deportes (CSD) realizó esfuerzos significativos para incluir el estadio de Balaídos en la lista final de sedes, pero se topó con la oposición de la RFEF, que el 19 de julio anunció oficialmente una selección que dejaba fuera a Vigo. A pesar de esto, el CSD no ha tirado la toalla, y el presidente José Manuel Rodríguez Uribes ha reiterado en el Senado que tanto Vigo como Valencia deberían figurar en la lista, sugiriendo incrementar el número de sedes de 11 a 13. Esta propuesta requeriría la aprobación de los otros dos países coanfitriones del Mundial, Portugal y Marruecos, que se muestran renuentes a reducir o aumentar el número de sedes.
La situación política en Galicia es tan intensa como a nivel nacional. La Federación Galega de Fútbol es liderada por Rafael Louzán, un exbarón provincial del PP que ocupó el cargo en la Diputación durante doce años y fue inhabilitado en 2021 por un delito relacionado con la corrupción. Antes de esto, en 2015, Louzán había destituido a Carmela Silva, quien es la mano derecha del alcalde socialista Abel Caballero, hecho que Caballero vincula a la exclusión de Vigo de la lista para el Mundial.
Louzán fue el que comunicó que A Coruña había sido elegida frente a Vigo. Sin embargo, el margen entre ambas candidaturas no fue tan amplio, como sostiene la Federación Española, sino que fue “pequeño”, atribuyéndolo a problemas de “financiación”. Su anuncio se produjo varias semanas antes de que se emitiera el comunicado oficial. El alcalde cuestiona: “¿Por qué el presidente de una federación en Galicia anticipa lo que decidirá la Federación Española?”, sugiriendo que podría haber “presiones” del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, “en contra de Vigo”. Por su parte, Louzán ha optado por no responder a las acusaciones planteadas por Caballero en El Confidencial ni sobre los detalles del proceso de selección.
La situación financiera en A Coruña se ha convertido en un verdadero reto, según indican fuentes de la RFEF, que no descartan la posibilidad de que la ciudad quede fuera de la lista final. Apenas un día después de anunciarse que Riazor sería la sede, el Deportivo expresó su desacuerdo, señalando que el estadio, de propiedad municipal, no debería albergar el evento mundial, ya que “nunca ha sido parte de esta aventura” y “amenaza su estabilidad”. Esta controversia surgió en medio de la incertidumbre sobre un inversor privado, cuya participación del 30% en el presupuesto se vinculaba misteriosamente a Abanca, dueño del club.
Si la inversión privada genera dudas, la pública parece más complicada. Tras el anuncio de la sede, la Xunta requirió la colaboración del Gobierno para financiar un proyecto cuyo coste inicial fue de 70 millones, pero que ahora asciende a 90. El conselleiro de Deportes, Diego Calvo, sugiere que el 70% de la contribución pública se divida equitativamente entre CSD, Xunta, Diputación y Ayuntamiento. Por otro lado, la alcaldesa Inés Rey propone que la Xunta aporte el 40%, la Diputación el 20% y el Ayuntamiento el 10%. Sin embargo, la Diputación se mostró en desacuerdo, considerando el reparto que propone el Gobierno gallego como “injusto y desproporcionado”.
La FIFA tiene conocimiento directo de ciertos problemas tras la visita efectuada el 24 de septiembre por sus representantes a Riazor. Se esperaba que un acuerdo se firmara en una reunión entre la Xunta, la Diputación y el Ayuntamiento, programada para el jueves pasado, pero esta fue cancelada en el último momento sin explicación. Además, aún no se ha revelado quién será el operador privado que financiará aproximadamente 27 millones de euros, aunque los allegados a la alcaldesa indican que se trata de una firma estadounidense especializada en la gestión de espacios multiusos. Sin embargo, la oposición señala que esta empresa deberá enfrentarse a las incertidumbres de un proceso de licitación público.
Al tanto de las debilidades de la propuesta de Riazor, el alcalde Abel Caballero ha intensificado sus peticiones. Estas llegan justo antes de la reunión de la FIFA programada para el 11 de diciembre, donde se tomará la decisión final sobre la candidatura. Sin embargo, la Federación advierte que el conflicto podría extenderse, señalando que quedan muchos años hasta el Mundial y numerosos cambios de sedes podrían ocurrir antes de 2030.
La disputa entre la Real Federación Española de Fútbol y el CSD en relación con las sedes para la Copa del Mundo 2030 ha causado tensiones en Galicia. La exclusión de Vigo de la lista de las 11 sedes, anunciada hace tres meses, sigue generando descontento. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha expresado su frustración ante lo que considera un proceso poco claro y ha advertido que no dudarán en acudir a los tribunales si es necesario. Mientras tanto, en A Coruña, donde se ha asignado el Mundial, ha surgido un conflicto relacionado con la financiación justo después de que se anunciara esa elección, lo cual podría poner en riesgo su participación en el evento.
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