Una pizzería ubicada en el corazón de Düsseldorf, Alemania, ha cerrado sus puertas tras la detención de su propietario, quien está bajo investigación por utilizar los pedidos de entrega de pizza para comerciar con cocaína. Según el diario Rheinische Post, cuando los clientes solicitaban la pizza «número 40», se incluía en la caja un pequeño envoltorio con la droga.
Esta semana, las autoridades también arrestaron a varias personas que aparentemente operaban detrás de esta red de tráfico de sustancias ilegales. La Policía ha calificado la situación como «muy compleja». El propietario, de 36 años, ya era objeto de investigaciones relacionadas con drogas desde marzo.
Su arresto fue motivado por el temor de que pudiera deshacerse del negocio y huir a Croacia. Durante un registro de su casa, al percatarse de la presencia policial, el hombre arrojó una mochila que contenía 1,6 kilogramos de cocaína desde la ventana, directamente a manos de los agentes. Además de esta sustancia, la Policía encontró 270.000 euros en efectivo y 400 gramos de cannabis en la vivienda. Este caso está vinculado a una amplia operación contra el tráfico de drogas que dio inicio el lunes en diversas ciudades del oeste de Alemania. En Düsseldorf, participaron 150 oficiales y se realizaron tres arrestos, con otros trece individuos bajo sospecha de estar involucrados.
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