Carlos III y Camila han llegado a Australia, donde iniciaron su visita el viernes pasado, con una estancia programada de 11 días en la región de Oceanía. Durante este viaje, el rey tiene un itinerario limitado y estará acompañado por dos médicos disponibles en todo momento.
Además, llevan consigo un desfibrilador portátil y medicamentos de emergencia, según se ha informado. La salud del monarca sigue siendo frágil y ha decidido pausar su tratamiento contra el cáncer durante este tiempo que parece ser agitado. Este domingo, se reportó que Carlos III experimentó un episodio de salud al tener que abandonar un evento debido a la fatiga.
Según la periodista Concha Calleja, él debía estar presente más tiempo en un almuerzo de Estado, donde lo esperaba una selección de platos típicos. Al finalizar, hizo un regalo de un reloj de arena y comentó que debía recordarnos que «el tiempo es muy, muy, muy breve». Calleja también mencionó que este viaje estaba rodeado de interrogantes desde el punto de vista médico, dado que el rey llegó agotado y tuvo que descansar durante todo el sábado. Asistió a un servicio religioso por la mañana, pero no pudo continuar con el almuerzo. En relación a su tratamiento, explicó que este requiere asistencia hospitalaria una vez a la semana, y aunque le advirtieron que no debía viajar, él insistió en proseguir, pidiendo que se interrumpiera el tratamiento si era posible. Los médicos ya habían anticipado que podría padecer de la fatiga, y así ha sucedido.
Comentan que tenían la esperanza de que regresara a la comida, que simplemente se alejara un momento para descansar y luego regresara, pero no retornará. Ya no se anticipa que realice ninguna actividad hasta el día de mañana», concluyó la colaboradora.
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