Las bodegas más destacadas de La Rioja Alavesa, ideales para sumergirse en el mundo del vino y admirar su singular arquitectura, han sido reconocidas por ‘National Geographic’. En este lugar se encuentran en perfecta armonía dos realidades: la rica tradición vinícola de siglos de antigüedad y la arquitectura contemporánea que transforma el turismo enológico.
La Rioja Alavesa se posiciona como uno de los principales destinos de enoturismo en España, ofreciendo a los aficionados del vino una atmósfera singular, especialmente en otoño, cuando los viñedos presentan colores cálidos y vibrantes. Esta época es ideal para planificar una visita a algunas de las bodegas más sobresalientes de la región, que ofrecen, además de vinos excepcionales, una arquitectura impactante, vistas espectaculares y propuestas innovadoras.
Sitios como las antiguas barricas de Marqués de Riscal y las modernas instalaciones de Ysios garantizan una profunda conexión con la cultura vinícola y el paisaje local.
Entre los lugares más emblemáticos se encuentra la bodega Marqués de Riscal, que combina la herencia vinícola con el diseño contemporáneo del hotel creado por Frank Gehry. La experiencia allí trasciende la simple degustación de vinos, al proporcionar vistas inmejorables hacia la Sierra de Cantabria y la oportunidad de explorar antiguos calados.
Además, cerca de allí se halla Baigorri, reconocida por su método de vinificación a gravedad y su restaurante, el cual fusiona la cocina tradicional con una propuesta moderna. Para quienes desean un enfoque innovador con un trasfondo familiar, Amaren, la bodega de Luis Cañas, se convierte en una visita imprescindible.
A pesar de su juventud, esta bodega conserva la esencia de sus raíces gracias a sus antiguos depósitos y el uso de hormigón en el proceso de elaboración del vino. La bodega Ysios, con el impresionante diseño de Santiago Calatrava, se erige como un referente en la arquitectura vinícola, atrayendo la atención de todos. Las vistas hacia la localidad medieval de Laguardia y su sala de catas son imprescindibles en la visita de cualquier viajero.
Otra perla de la zona es Viña Real, que fusiona tradición y modernidad en un mismo lugar. Diseñada por Philippe Maziéres, su bodega incluye una sala de barricas inspirada en la Torre Eiffel y utiliza un sistema de vinificación por gravedad que respeta al máximo la calidad de la uva. Asimismo, la bodega Solar de Samaniego impresiona a sus visitantes con enormes murales de Guido van Helten, transformando su ambiente industrial en una auténtica galería de arte.
Los entusiastas de experiencias singulares deberían visitar Valdelana, que ofrece enoturismo astronómico, vinculando sus vinos con las estrellas de una manera mágica. Otras paradas recomendadas son Torre de Oña, centrada en vinos de pago, y Valdemar, reconocida por su accesibilidad con visitas adaptadas para familias y personas con movilidad reducida.
Para quienes buscan conocimiento, Casa Primicia y Eguren Ugarte proponen recorridos que unen historia y modernidad. Uno se encuentra en el corazón medieval de Laguardia, mientras que el otro se sitúa en una bodega subterránea con más de dos kilómetros de túneles. Además, la Bodega El Fabulista ofrece una visita teatralizada con relatos de fábulas, añadiendo un elemento divertido y cultural a la experiencia del enoturismo.
Visitar la Rioja Alavesa durante el otoño es una experiencia excepcional para explorar viñedos que unen la herencia cultural con la modernidad, en un entorno natural hermoso. Aunque cada bodega presenta su propia oferta, todas tienen un objetivo común: enamorar a quienes las visitan con la excelencia vinícola y la riqueza cultural de esta región.
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