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Pablo Iglesias, exlíder de Podemos y exvicepresidente del Gobierno, ha instado a diversas fuerzas de izquierda, haciendo alusión a IU y Sumar, a sumarse a las propuestas de Podemos si realmente desean mostrar una «vocación de unidad». Su objetivo es presionar al presidente Pedro Sánchez, para intentar romper relaciones con Israel y implementar una reducción legislativa de los alquileres.

Durante su intervención, Iglesias también destacó que resulta «sorprendente» que ciertos sectores ahora emitan llamados a la unidad tras el evidente fracaso del proyecto que tenía como finalidad debilitar a Podemos, refiriéndose específicamente a Sumar.

Estas declaraciones surgieron en el marco de la Uni de otoño de Podemos, un evento de reactivación ideológica para el partido morado, donde se planteó además la propuesta de Antonio Maíllo, líder de IU, de crear una candidatura única para la izquierda ante los próximos comicios, sin exclusiones y con la participación de Podemos tras su escisión con Sumar.

En este contexto, Iglesias valoró positivamente la postura de Ione Belarra, quien en el mismo evento planteó que los cuatro representantes de Podemos solo apoyarían al Gobierno si se rompían los lazos diplomáticos con Israel y se abordaba la cuestión del alquiler. «Si realmente buscan construir unidad, que se unan a los cuatro diputados de Podemos y a otros legisladores de izquierda que tengan la capacidad de hacer retroceder al presidente. Ahí se verá si existe o no una auténtica voluntad de unificación», afirmó Iglesias.

Se presume que la respuesta será el «malmenorismo». Además, se ha indicado que todos los representantes de la izquierda tienen la oportunidad de apoyar una demanda «muy clara» que cuenta con el consenso de la población. «La ciudadanía en España anhela una reducción en los alquileres y desea que el país tome acciones concretas, en lugar de limitarse a gestos ante el genocidio perpetrado por el Gobierno israelí», ha declarado, instando a los partidos de izquierda a actuar de manera similar a Junts, haciendo valer también sus sufragios para obtener la amnistía. Sin embargo, ha admitido que se teme que la reacción ante la postura de Podemos será el «malmenorismo», apelando simplemente al temor de que la extrema derecha asuma el poder sin exigir responsabilidades al PSOE, y ha instado a los miembros de su partido a evitar «las disputas internas», porque eso es típico de «la izquierda de siempre».

El exdirigente de Podemos ha apuntado que la aprobación de la Ley de Amnistía se ha dado «exclusivamente» porque Sánchez requería el apoyo de Junts, quienes han empleado su respaldo para alcanzar ese fin político «legítimo», algo que el PSOE había rechazado hasta que sintió la «necesidad política» de contar con el apoyo de los neoconvergentes durante su investidura. Por lo tanto, ha enfatizado que la postura de Belarra de establecer condiciones para apoyar a Sánchez «es sumamente relevante», ya que en política no es suficiente con «tener razón»; también es crucial tener la voluntad de utilizar el peso de sus votos, como hace Junts, para conseguir las medidas que la sociedad pide.

Iglesias ha explicado que la razón por la que el PSOE no quiere a Podemos en el Gobierno se debe a su postura, sugiriendo que incluso se intentó designar a un representante del partido desde fuera del mismo. Esto evoca el episodio en el que Yolanda Díaz, exvicepresidenta, propuso al exdirigente Nacho Álvarez como candidato a ministro, en lugar de Irene Montero, opción preferida de Belarra. También ha aconsejado a otras fuerzas políticas que, antes de hacer llamados a la unidad, deben aclarar con quién están alineados y si se atreverán a mencionar a los responsables de la corrupción y el lawfare que afectaron a Podemos. Según él, ciertos sectores de la izquierda han usado esta situación para mejorar sus posiciones.

En una perspectiva más conceptual, ha indicado que es necesario aprender de la derecha en algunos aspectos, reconociendo que la política se fundamenta en una lucha ideológica y que la democracia liberal se basa en una correlación de fuerzas. En este sentido, considera fundamental contar con un respaldo mayoritario de jueces, grandes empresas y medios de comunicación, capaces de incorporar ideológicamente a líderes de izquierda. Además, ha cuestionado por qué sindicatos con una gran cantidad de afiliados no han fomentado la creación de medios de comunicación o la formación de jueces con una perspectiva progresista.

Iglesias ha expuesto que Podemos se siente conectado con América Latina, aprendiendo de las prácticas políticas de países como Argentina y Colombia, lo cual conforma su «ADN político». Destaca que, en este país, nunca se les ha perdonado su preferencia por los líderes democráticos latinoamericanos sobre la monarquía española.

El exlíder de Podemos ha afirmado que, a pesar de todo, seguirán siendo su elección preferida. Además, ha señalado que las fuerzas de la derecha, cuando hay una dinámica favorable a las mayorías sociales, dejan de actuar de manera «democrática», y deciden luchar no solo en el ámbito electoral, sino también a través de sus «representantes políticos en el Estado». Estos activan a aliados en posiciones elevadas dentro de la judicatura, la policía, y en los sectores económicos y de medios. Por ejemplo, recordó que cuando apareció Podemos, fueron etiquetados como «extrema izquierda», a pesar de que su propuesta inicial podía considerarse «socialdemócrata», y fueron considerados una amenaza. Iglesias también mencionó que esta situación provocó la intervención de «operadores judiciales», citando a los exmagistrados Manuel García Castellón y Juan José Escalonilla, quienes, según él, se excedieron en el uso de la ley para iniciar «investigaciones prospectivas» sobre Podemos, lo que él enmarca dentro del concepto de lawfare.

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