La comunicación entre seres humanos es un fenómeno intrincado que abarca tanto el lenguaje hablado como los gestos. Mientras las palabras transmiten el mensaje directo, los gestos, las posturas y las expresiones faciales aportan información extra, frecuentemente de manera inconsciente.
Estos aspectos no verbales son vitales para comprender los sentimientos y propósitos de los demás. Investigaciones iniciales sobre este tema sugieren que cerca del 93% de nuestra forma de comunicarnos es a través de señales no verbales, lo que incluye gestos, expresiones faciales y variaciones en el tono de voz.
En este extenso panorama de señales no verbales, uno de los gestos que más significados puede tener es el de tocarse la nariz durante una conversación. Aunque algunas teorías afirman que este gesto podría señalar deshonestidad, es relevante preguntarse qué nos dice la ciencia al respecto.
El mito de Pinocho ha alimentado la creencia de que tocarse la nariz es un indicativo de mentir, probablemente por la asociación cultural que se ha creado entre la mentira y el alargamiento de la nariz. Sin embargo, esta noción popular carece de respaldo científico. A pesar de que se ha investigado la conexión entre este gesto y el engaño, no hay pruebas que indiquen que esta acción sea exclusivamente el resultado de la deshonestidad. En realidad, puede ser provocada por motivos más comunes, como alergias o simplemente la necesidad de rascarse por picazón.
Entonces, ¿qué puede significar realmente el hecho de tocarse la nariz? El psicólogo Jack Schafer, quien escribe para Psychology Today, señala que esta acción podría reflejar nerviosismo o malestar, pero no necesariamente una mentira. Las emociones tensas pueden manifestarse de diferentes formas, y rascarse la nariz es solo una de esas expresiones. Para entender adecuadamente los gestos no verbales, es crucial analizarlos en relación con otros elementos, como el contexto, el tono de voz, las expresiones faciales y el contenido del mensaje verbal, ya que todos ellos son igualmente relevantes para captar las intenciones de una persona.
Un individuo puede rascarse la nariz debido a una reacción alérgica o simplemente por picazón. Si este acto se presenta junto a otros comportamientos que indican nerviosismo o evasión, podría ser un indicativo de deshonestidad. Sin embargo, en ausencia de señales adicionales, es imprudente llegar a conclusiones firmes. Incluso especialistas en lenguaje corporal, como los del FBI, destacan la necesidad de analizar patrones de conducta en vez de enfocarse en movimientos aislados. Joe Navarro, quien fue agente y supervisor en contraespionaje y antiterrorismo durante 25 años en el reconocido grupo del Departamento de Justicia de EE. UU., menciona que es más efectivo reconocer los ‘temas delicados’ que provocan reacciones de estrés o ansiedad en las personas, lo que facilita la obtención de información sobre sus intenciones reales. En resumen, rascarse la nariz en una conversación puede indicar inquietud o malestar, pero es crucial tener en cuenta el contexto y otros signos no verbales para realizar una adecuada interpretación.
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