Las personas que residen en áreas rurales o pequeñas comunidades suelen experimentar un mayor grado de felicidad y satisfacción en sus vidas en comparación con quienes habitan en grandes urbes. Esta percepción ha sido validada por un estudio llevado a cabo en la Universidad del Sur de Dinamarca.
La investigación indica que el bienestar en las ciudades se ve influenciado negativamente por la falta de conexiones sociales, la llegada constante de nuevos residentes y la escasez de personas jubiladas, quienes tienden a ser más felices.
Según los autores del estudio, “la principal parte de la diferencia en satisfacción entre entornos urbanos y rurales se debe a un contacto social reducido y a un acceso limitado a espacios naturales en las ciudades.
Esto respalda la idea de que el urbanismo fomenta comunidades con relaciones familiares y de amistad más frágiles”. Además, los investigadores subrayan que el bienestar mental se beneficia de la interacción con la naturaleza, incluyendo áreas verdes dentro de ambientes urbanos.
Para llevar a cabo esta investigación, se recopiló información de una encuesta realizada a 2.000 individuos que evaluaron su satisfacción con la vida. Se observó que los residentes de las zonas rurales reportaron un nivel de felicidad significativamente superior al de los urbanos. Un hallazgo interesante fue que las disparidades en ingresos no afectaron de manera relevante esta diferencia. El acceso restringido a la naturaleza fue el principal factor, explicando el 37% de la variación en felicidad entre ambos tipos de áreas. La debilidad en los lazos sociales contribuyó con un 22%, mientras que la menor cantidad de jubilados en las ciudades representó un 14%.