Una familia en Kentucky, Estados Unidos, ha conseguido que las autoridades competentes indaguen sobre un posible caso de negligencia médica tras un insólito suceso en el que un hombre, que había sido declarado muerto, despertó justo cuando iba a ser sometido a un trasplante de corazón.
Este incidente tuvo lugar el 25 de octubre de 2021. Anthony Thomas ‘TJ’ Hoover II fue llevado a la sala de emergencias de Baptist Health Richmond, donde sufrió un paro cardíaco y fue catalogado como código azul.
«El 26 de octubre nos informaron que no había reflejos, ni actividad cerebral, ni ondas cerebrales», comentó Donna Rhorer, la hermana de TJ.
Al día siguiente, la familia decidió desconectar a TJ del soporte vital y fue entonces cuando se enteraron de que él era donante de órganos. Para cumplir con su voluntad, los días siguientes se dedicaron a evaluar la viabilidad de sus órganos, incluyendo un cateterismo cardíaco para comprobar el estado de su corazón.
«Le rendimos homenaje el viernes por la tarde. Mientras estábamos allí, sus ojos comenzaron a abrirse y nos observaba. Nos dijeron que eran solo reflejos, algo normal. ¿Quiénes somos nosotros para desafiar al sistema médico?», expresó Donna. Posteriormente, TJ fue llevado a la cirugía para la extracción de órganos. «A la hora, el médico salió a comunicarnos que no estaba listo, que se había despertado. Sin embargo, no nos habían informado que durante el cateterismo de esa mañana ya había recuperado la consciencia. Si lo hubiéramos sabido, habríamos comprendido que no había muerto cerebralmente», concluyó Rhorer. Luego, a Donna se le indicó que llevara a su hermano a casa y lo mantuviera cómodo, señalándole que su tiempo de vida sería corto. Desde entonces, Rhorer ha estado cuidando de TJ durante tres años.
Rhorer comentó: «Intentó en múltiples ocasiones comunicar ‘Hola, estoy aquí’, pero no se le prestó atención. Finalmente, se decidió detener el procedimiento ya que mostraba muchos signos vitales». Fue recién en enero de este año cuando Rhorer se enteró de esta situación, gracias a Nyckoletta Martin, quien estaba colaborando con Kentucky Organ Donor Affiliates en ese momento. Ella, junto a otros testigos, ofrecieron su testimonio ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes en septiembre. «No es inusual que se presenten inconvenientes relacionados con el donante y su estado de fallecimiento o no. El verdadero inconveniente es que hemos estado sin supervisión de las OPO (organizaciones de obtención de órganos) durante cuatro décadas», expresó el doctor Seth Karp, cirujano principal del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. Actualmente, la Oficina del Fiscal General de Kentucky está investigando este asunto.
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