En Langreo, un desagradable olor ha comenzado a inquietar a sus habitantes. Desde hace meses, este «hedor» ha sido motivo de quejas por parte de los vecinos. Como parte de las soluciones que evalúa el Gobierno local, se contempla la contratación de olfateadores profesionales.
Este enfoque ha suscitado críticas entre la población.
Los vecinos de Langreo, un municipio asturiano con alrededor de 37.000 habitantes, han tenido que lidiar con una plaga de insectos, como moscas y mosquitos, que complican su vida diaria. Los residentes se quejan de que estas molestias han reducido el tiempo que pasan en terrazas y bares.
«Salimos menos tiempo porque el olor es insoportable. Solo tomamos algo rápido y nos vamos», señala un representante de la Asociación de Vecinos de Langreo Centro.
Ante esta situación, el Ayuntamiento está considerando diferentes estrategias para determinar el origen de esta inconveniencia que persiste desde hace meses. Algunas de las soluciones analizadas incluyen las quejas de los ciudadanos, la inspección desde el punto emisor del olor y la búsqueda del origen mediante olfateadores. Sin embargo, la idea de invertir hasta 20.000 euros en esta última opción ha generado controversia, ya que muchos vecinos la consideran un gasto excesivo.
El Ayuntamiento de Asturias sitúa el inicio de los olores desagradables en febrero de este año, sin embargo, los residentes son menos optimistas y rememoran problemas desde finales de 2019 y principios de 2020. En un inicio, creyeron que el molesto olor provenía de unas obras de soterramiento de las vías que estaba llevando a cabo Adif. Después de presentar una queja formal y varios requerimientos a la entidad pública, esta procedió a limpiar el área. Sin embargo, el inconveniente continuó.
Los vecinos, ya resignados a la situación, buscan maneras de sobrellevar el problema: «La situación es intolerable. La proliferación de mosquitos, moscas y olores desagradables aumenta cada día más. Hemos tenido que instalar mosquiteras en numerosas viviendas y ya no sabemos qué más hacer. Es insoportable», expresa la asociación de vecinos. La principal zona afectada es el distrito de La Felguera, junto con varios barrios que lo integran, como Urquijo, el Centro y Valnalón.
Los habitantes de la localidad han manifestado sus dudas sobre la posible actividad de una empresa enfocada en el reciclaje de plásticos. Esta compañía se encuentra en el polígono industrial de Valnalón, a una distancia de 200 metros del núcleo urbano. Los residentes sostienen que la empresa “no está cumpliendo con las regulaciones ambientales estipuladas por la legislación vigente”. No obstante, el departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento rechaza estas afirmaciones: «Se realizó una revisión y se encontraron varias irregularidades, como que las puertas estaban abiertas, algo inaceptable para una instalación de este tipo. Sin embargo, después de solicitar ajustes, la empresa ha implementado las modificaciones necesarias», aclaró el departamento a El Confidencial, añadiendo: «A pesar de las mejoras, los olores continúan, lo que subraya la necesidad de un estudio realizado por expertos». La resolución municipal que exigía cambios fue respondida por la empresa, que alegó que los olores no emanan de sus instalaciones.
Ante la incertidumbre sobre el origen del problema, el Gobierno municipal ha decidido abrir un proceso de licitación para que expertos puedan determinar la fuente de los malos olores. Aún no se han especificado las medidas a tomar, pero la opción más costosa podría llegar a los 20.000 euros, consistente en un equipo de especialistas en detección de olores, según informan técnicos del área de Medio Ambiente. «Este análisis implicaría la colaboración de panelistas, personas acreditadas para realizar esta tarea. Estudian en diferentes momentos del día: mañana, tarde y noche. Luego, a partir de estos estudios y utilizando modelos matemáticos y estadísticos, se extraen conclusiones sobre el impacto y la procedencia del problema».
Los vecinos, al recibir esta información, han expresado su malestar: «El Ayuntamiento cuenta con recursos y personal capacitado para resolver la cuestión. Gastar dinero en esto es un despilfarro, considerando que conocen ya quién es el responsable», afirman desde la Asociación Vecinal Langreo Centro.
La persistencia de los olores desagradables durante un prolongado período ha generado una tensión creciente entre la administración local y la comunidad. Ante las críticas vecinales, el Ayuntamiento defiende la importancia de llevar a cabo un estudio en profundidad: «Este es un trabajo especializado. No podemos confirmar que estos olores provengan de esta empresa sin un análisis detallado», indican desde el área de Medio Ambiente, enfatizando: «Es fundamental contar con documentación válida que certifique el origen de los olores, utilizando métodos confiables. Existen compañías especializadas que pueden medir la intensidad, el tipo de olor, y detectar si hay otros aromas que se mezclen con el principal».
Por otro lado, los expertos del Ayuntamiento advierten que las condiciones geográficas de la zona podrían empeorar la situación: «Es crucial considerar que nuestro municipio está en el fondo de un valle, lo que puede causar fenómenos de inversión térmica». Esto implica que los olores tienden a permanecer atrapados en cierta medida.
Tanto los habitantes de Langreo como la Asociación de Comerciantes e Industriales del Valle de Nalón subrayan que el sector de la hostelería es el más afectado: «Los olores son intensos y en algunos momentos son incluso más agobiantes. Esto impacta a todos, pero los establecimientos con terrazas sufren más», comenta el presidente Marcelino Tamargo. Las organizaciones vecinales y comerciales han presentado reclamaciones al Gobierno local para expresar su descontento. «Si no se implementan mejoras, consideramos la posibilidad de organizar movilizaciones», advierte la Asociación de Vecinos de Langreo Centro.
El municipio de Langreo, en Asturias y con una población de 37.000 personas, se encuentra asediado por desagradables olores. El constante zumbido de moscas y mosquitos se ha convertido en una presencia habitual en la zona. Estos insectos incomodan a los habitantes que salen a realizar sus compras o disfrutar de paseos cotidianos. A tal punto ha llegado la situación que las reuniones en las terrazas de bares y cafeterías son más breves. “Te sientas en una terraza y te quedas mucho menos tiempo, el mal olor hace que no puedas disfrutar como antes. Solo tomas algo rápido y te vas”, relata un integrante de la Asociación de Vecinos de Langreo Centro.