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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha manifestado este viernes que su país no permitirá, en ninguna circunstancia, que Ucrania obtenga armamento nuclear. Subrayó que, si esto llegara a ocurrir, se respondería de manera «adecuada» a lo que él considera una amenaza.

Durante una conferencia de prensa previa a la cumbre de los BRICS, que tendrá lugar en Moscú la próxima semana, Putin aseguró que el anhelo de las autoridades ucranianas por disponer de armas nucleares no es algo nuevo, ya que han discutido esa posibilidad en numerosas ocasiones.

El líder ruso explicó que esta conversación ha existido incluso antes del inicio del conflicto actual. Además, cargó contra la OTAN, acusándola de librar una guerra contra Rusia utilizando a Ucrania como intermediario. Destacó que establecer plazos específicos para resolver el conflicto es «muy complicado y contraproducente», sobre todo con la presencia conocida de la OTAN en la región. Putin reafirmó que Rusia está preparada para continuar la lucha hasta alcanzar la victoria.

Por otro lado, expresó su escepticismo hacia las iniciativas de paz propuestas por Occidente, aunque considera las de países como China y Brasil como más «balanceadas». Indicó que Rusia no está interesada en una «pausa» temporal que permitiría a los países de la OTAN rearmarse. Además, mencionó que las amenazas no solo surgen por el posible armamento nuclear en Ucrania, sino también debido al significativo despliegue de armamento estadounidense en diversas áreas del Asia-Pacífico.

Se están generando nuevas fuentes de tensión al trasladar armamentos significativos, lo que representa una amenaza para las naciones de la zona, incluyendo a China, así como también para nosotros. Así lo expresó, al mismo tiempo que defendió la relación entre Pekín y Moscú como fundamental para la «estabilidad estratégica global». En este contexto, criticó a Estados Unidos por enfocar sus esfuerzos en deteriorar las relaciones con Rusia y obstaculizar el avance de China, incluso a expensas de su propia economía, según informaron agencias de noticias rusas.

En cuanto a su participación en la próxima cumbre del G20 en Río de Janeiro, Putin anunció que no asistirá para evitar interferir en el desarrollo del evento. «Sabemos lo que está ocurriendo en relación a Rusia; ¿por qué debería ir allí y perturbar el normal funcionamiento de este foro?», se cuestionó. «Buscaremos a alguien que represente dignamente los intereses de nuestro país en Brasil de la mejor manera posible», añadió sobre su ausencia. Considera la cumbre «valiosa, siempre y cuando no se politice», como ha sido el intento hasta ahora.

La posible presencia de Putin en Brasil ha sido motivo de controversia debido a la orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) en su contra por crímenes de guerra asociados al desplazamiento forzado de niños ucranianos. Putin sugirió que se podría llegar a una resolución mediante un acuerdo entre Rusia y Brasil que limite las competencias del TPI. Afirmó que se trata de un tribunal de «bajo perfil», «no independiente» y carente de jurisdicción en muchos países. «No tiene relevancia universal», afirmó sobre esta corte. Subrayó que su independencia se cuestionó durante la crisis en Oriente Próximo, cuando anunció que tomaría acciones contra «algunas figuras políticas» de la región, haciendo referencia, entre otros, al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, mientras permanecía «silencioso» ante las «provocaciones» de Estados Unidos.

Crisis en el Medio Oriente

El presidente Putin ha abordado la situación actual en el Medio Oriente, reiterando la postura favorable de Rusia, que se remonta a la época de la Unión Soviética, acerca de la formación de un Estado palestino con todos sus derechos. En este contexto, el mandatario ha señalado que la solución no se limita a satisfacer ciertas exigencias materiales y económicas del pueblo palestino, a diferencia de lo que opinan muchos líderes israelíes con los que ha dialogado. «Existen también aspectos vinculados a la esfera espiritual, a la historia y a las aspiraciones de los pueblos que habitan en determinadas regiones. La problemática es mucho más profunda y compleja», ha reflexionado el líder ruso.

Además, Putin se ha ofrecido como un mediador «sincero» para facilitar un posible acercamiento entre Israel e Irán, donde es esencial comprender los intereses de ambas naciones y trabajar hacia el cese de un «intercambio de ataques» que podría volverse interminable, llevando a una crisis aún más grave. «Al preguntarme si se puede alcanzar un acuerdo, considero que sí es factible. Si es necesario, mantenemos comunicación con ambas partes y estamos dispuestos a hacer todo lo posible para contribuir», ha afirmado.

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