Como se había anunciado en el episodio anterior, Elsa hizo su entrada en la casa de Gran Hermano después de ser la primera concursante eliminada de manera definitiva. Antes de que ella cruzara el umbral, el Súper dio una instrucción contundente a los participantes: «¡Congelados!».
Esto implicaba que los concursantes debían permanecer inmóviles. A medida que pasaba junto a ellos, petrificados, les dirigía palabras alentadoras. «¡Os quiero muchísimo!», repetía sin cesar. Su primer acercamiento fue hacia Ruvens. «Te apreciamos, lo estás haciendo increíblemente bien», le motivó.
Con Edi, la conexión fue aún más emotiva. «Te adoro, sigue así», le expresó, ocasionando que él se emocionara hasta las lágrimas. No obstante, el mensaje que más impactó fue el dirigido a Óscar: «Sigue adelante. Quiero disculparme porque he observado ciertas situaciones y reconozco que en ocasiones he fallado en la forma en que te traté». Óscar se mostró complacido por sus palabras, y, una vez que Elsa se retiró y todos pudieron moverse, compartió su perspectiva. «Esperaba un reencuentro así, ya que mi deseo era dialogar con ella y reconciliar nuestras diferencias», expresó. «Ambos tuvimos errores que debemos abordar», agregó.
El pitbull de grandes dimensiones que ha acabado con la vida de su dueño de 26 años será presumiblemente sacrificado tras lo sucedido.
El presunto asesino en serie queda con los hombres a través de apps de citas y posteriormente los droga para robarles en Bilbao.